La fractura del PRO por la ley que permitió la reelección de los intendentes bonaerenses tensó al extremo la interna entre María Eugenia Vidal y Jorge Macri.
La ex gobernadora jugó a todo o nada para evitar modificaciones en la ley votada en 2016, que impedía que los intendentes reelectos en 2019 fueran por otro mandato en 2023. Las negociaciones de los jefes municipales de Juntos y del peronismo finalmente prosperaron y aislaron a Vidal y Cristian Ritondo, que fueron acompañados por sólo 12 diputados en su resistencia.
Con su postura, Vidal quedó en la vereda opuesta de intendentes como Néstor Grindetti, Julio Garro, Diego Valenzuela y Héctor Gay. En el sector de la ex gobernadora dicen que Jorge Macri fue quien los alineó para caerle en contra hasta de manera pública.
La ex gobernadora se sintió desairada por otros dirigentes que creía “fieles”. Uno de ellos fue su amigo Fabián Perechodnik, que le votó en contra por pedido de Garro. Los intendentes, por su parte, se quejan de que la ex gobernadora, que fuera líder del distrito hasta 2019, los expuestos con su jugada y pegados a los “barones” del PJ.
Algunas versiones indican que la movida de Vidal también provocó ruidos en la relación con Larreta porque complicó el ordenamiento interno que el jefe de gobierno no quiere alterar para no tener complicaciones en su proyecto presidencial.
Cerca de Vidal niegan que haya ruido con el alcalde, con quien se reunió en los últimos días para revisar sondeos de opinión. “Cada uno trata de tener una estrategia de posicionamiento particular, pero están bien”, dijeron a este medio.
Federico Salvai, mano derecha de la ex gobernadora, está trabajando para evitar diferencias entre ambos equipos. “Se encarga de que no se generen fisuras, de conciliar y entender que Horacio y María Eugenia tienen un proyecto conjunto”, explicó a LPO un importante dirigente del espacio.
En el PRO admiten que quienes tienen un porvenir complicado en la política bonaerense son los “Backtstreet Boys”, en referencia a los 10 legisladores de Vidal que votaron en contra de la mayoría del bloque. Así fueron bautizados por sus detractores, que se mofan de los nombres de origen anglosajón como Alex Campbell y Owen Fernández. “Esta fue la última función de los Backstreet”, advirtió a LPO un dirigente del larretismo.
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