Al desvencijado panorama de la gestión, se arrima un tutelaje político (no debidamente explicado) que hoy no existe en una súper abultada cartera de funcionarios. Desacomodado y con la inercia propia de los problemas heredados, muy a los tumbos, el gobierno de Carlos Fernando Arroyo no consigue llegar a tierra firme. No hace pie y hasta una brisa tiene la fuerza de un pampero, aunque no precisamente el viento es el que arrasó con una decena de funcionarios en plena luna de miel.
Pero hay que ir por partes, porque existen varias razones para que se obre con una bitácora desconocida, fuera de protocolo. El anuncio de un coordinador de gabinete extraño, no suena prolijo, es cómo que hace un ruido de algo que no va a funcionar de antemano. La jurisdicción muy posiblemente porteña (en este caso de Capital Federal) del elegido, agrega más dudas que certezas. En todo caso Mar del Plata no es una probeta y queda al desnudo, que además de las contingencias del traumático día a día, hay otros problemas de fondo. Todo surgió tras una reunión del intendente Arroyo con la gobernadora María Eugenia Vidal, ese encuentro calificado extrañamente como privado (según la información oficial), desató una mar de conjeturas en una atmósfera saturada de problemas. Y sobre ese anuncio hay que visualizar cuál es el rumbo, cómo es el compromiso, cuál es su autoridad y cuál es su influencia. No se conocen casos de la incorporación de una rara avis de esta envergadura.
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El financiamiento inexistente que provenía de un presupuesto 2015, agotado varios meses antes de su finalización encabeza las razones. Tanto la Nación, como la Provincia y la Municipalidad estaban al garete económicamente hablando. Si el equilibrio hubiera llegado a través de auxilios externos, hubiera resultado más fácil remarla. Pero no, se recibió la MGP en rojo y hasta con un giro en descubierto que el banquero no respeta por su color, con tasas al 38 % a plazo fijo, sale un dinerillo ese crédito coyuntural que se convirtió en perenne, por lo menos hasta ahora. Muy posiblemente, más allá de los tecnicismos, se logre interpretar el uso de la malversación en la administración pública. El tema está judicializado y la causa avanza.
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Los esfuerzos del secretario de Hacienda José Cano, llegaron hasta la solicitud de un crédito para cubrir la cuenta corriente y salir del alto costo de la tasa de retorno que tiene el descubierto, para empezar de nuevo. Pero para una deuda de $ 700 millones largos, tiene gusto a poco. El problema es que se necesita el “físico”, el que los K pesaban en bolsas, para ser más gráficos. La figura de un coordinador de gabinete, sin atribuciones y sin firma, puede ser un dislate, en la línea de órdenes, aunque ya sabemos que “donde manda capitán no manda marinero” dijo el number one cuando Julio Razona dio el portazo.
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El problema puede ser económico más que financiero, en la gestión anterior hubo un sobredimensionamiento que ha desbordado a los nuevos gobernantes. Y de ahí no se sale sin pasar por el quirófano y mucho tiempo en terapia intensiva. Los secretarios y titulares de entes descentralizados (salvo OSSE) están atrincherados en sus despachos y otro dato que preocupa es la cobrabilidad de las tasas, dado que tras una mala temporada alta, signos de caída en las ventas y niveles de actividad, arrojan como consecuencia que el TSU caiga en su recaudación, aunque aún las boletas no han llegado con los montos de 2016. Es decir los datos de una tormenta perfecta. La sospecha en La Plata y la Casa Rosada, es que no se hicieron bien los deberes. Y hay una grieta entre Mar del Plata y el cruce Etcheverry, no llegan refuerzos ni desde Capital Federal ni desde la capital de la provincia. La carencia, a fuerza de ser sinceros, no es un coordinador de gabinete.
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Lo peor o lo más triste, es que no estamos ante nada que haya resultado imprevisible, sino que por el contrario era lo más probable. Hay que fincar la otra crisis: la política. CAMBIEMOS es una constitución heterodoxa, que provino de un alquiler de un vientre político (ver link), el PRO le prestó el amarillo a Agrupación Atlántica, cuando había que sumar para la presidenciales. Hay que partir de la base que Mauricio y Mariú, no son Emiliano, afortunadamente. Pero esa gestación fue contra natura, con engaños, simulaciones, muchas fintas, amagues, hasta que llegó la hora de la verdad. La gobernabilidad está en trance, encima es evidente que existe un plan de desestabilización montado desde el multimedios La Capital que fue el jefe de campaña del Frente Para la Victoria, pese a lo cual perdió las elecciones, aunque los climas son diferentes y ahora estamos a la intemperie.
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La UCR, acostumbrada a ser poder en Mar del Plata, fue la otra pata, que quedó escorada en las PASO. Lo dijo el propio intendente Arroyo 100 días que parecieron 100 años, a buen entendedor pocas palabras, haciendo una proyección para el jefe comunal, su turno de gobierno insumiría varios siglos. El radicalismo despilfarró su enorme capital político en el 2001/2, fue funesta la experiencia transversal de los radicales K y ahora sufre la verónica del electorado. En 2013 Vilma Baragiola encarnó la resurrección, hasta que un incómodo video en el Sindicato de Camioneros selló su suerte.
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En la actualidad Agrupación Atlántica y la UCR, son los sobrevivientes de la coalición CAMBIEMOS. El PRO es el dueño del poder en la Argentina, pero en Mar del Plata tiene representantes que no miden, y otros, a esta altura impresentables, con la vida política totalmente agotada. Para la Coalición Cívica no se lució precisamente con “Toty” Flores, aunque se aclaró que lo suyo era una cuestión personal. Para Arroyo fue otra estrella que se apagó sin haberse encendido. A ver, para ser más claros, Agrupación Atlántica, no usa el color amarillo como distintivo, no hay línea directa, pero si una morosidad en los temas de gestión que requieren otra gimnasia, otra dinámica, que se anticipe a las malas noticias. Como conclusión, hoy este esquema de CAMBIEMOS sería impracticable.
Jorge Elías Gómez
dejando los prejuicios enunciados, que sea bienvenida la incorporación de este operador, el tiempo dirá si fue correcto su nombramiento, todo lo que aporte solución que sea para bien, especialmente sobre nombramientos y gastos corporativos.