La estructura tubular donde se colgarán los artefactos de sonido ya comenzó a erigirse en el predio de la Base Naval de Mar del Plata, donde el miércoles en la tarde tomará amarras la Fragata Libertad en medio de un multitudinario recibimiento organizado por el Gobierno. No se dieron a conocer detalles de la “fiesta popular”, mientras en la ciudad, por versiones que comenzaron a circular en las redes sociales, se baraja la posibilidad de que se acerquen algunos sin invitación, para hacer sonar sus cacerolas al paso de la presidenta Cristina Kirchner, que presidirá el acto.
La draga Mendonza se movió ayer en la zona de la boca del puerto marplatense, siempre amenazada por un progresivo banco de arena . Quienes tienen la responsabilidad de hacer ingresar al buque escuela a puerto aseguran que “no habrá problemas” con las maniobras.
La entrada al puerto local, según dio a conocer Carlos Barrios Cardozo, titular de la Prefectura Mar del Plata, se producirá el miércoles entre las 17 y las 18.
La nave viene a menos velocidad que la prevista en un primer, a causa de unas algas que se le adhirieron al casco en su larga retención en Ghana. “Eso le quita capacidad hidrodinámica”, confió un marino de la base, “pero llegará a tiempo, según lo previsto”. El acto sería desde las 20.
Embarcaciones del Yatch Club Argentino, del Club de Motonáutica, del Yatch Club Centro Naval y del Club Náutico se organizan para un recibimiento como nunca ha tenido la fragata en sus anteriores visitas a la ciudad. Se estima que serán unas 200 las embarcaciones que la escoltarán en el acercamiento al canal de acceso portuario.
Llegaron tres buques militares a la Base Naval, pero en el predio de Playa Grande, frente al club de golf, no hubo mayor movimiento ayer. Se vio que comenzaron a erigirse las columnas tubulares que harán de sostén para los equipos técnicos y llegaron al lugar decenas de baños químicos para los miles, entre marplatenses, turistas y militantes, que el miércoles participarían del recibimiento. Sin precisiones, en las redes sociales insisten que también asistirán ruidosos caceroleros.
Clarín