Hay un viaje de ida y vuelta en la relación del obispo Gabriel Mestre y Florencio Aldrey Iglesias que en esta ocasión no pudo cumplirse. La designación del nuevo obispo marplatense quien será el sucesor orgánico precisamente de Mestre no pasó el filtro de Jorge Bergoglio.
El Papa Francisco casi al borde del protocolo, decidió que el ex obispo marplatense era quien debía renunciar luego de la intimación que recibiera del Sumo Pontífice cuando fue convocado días atrás a Roma.
El periodista Mariano de Vedia publicó en La Nación de hoy, reveladores detalles de la intervención de Florencio Aldrey Iglesias a través del multimedios La Capital, del cual es propietario.
La Iglesia marplatense bajo la conducción de Gabriel Mestre, no escapó a la nociva intervención de Aldrey Iglesias, en temas que vincularon y en algunos casos excedieron las formalidades que deben prosperar en función de los fieles creyentes de la comunidad católica de Mar del Plata.
Con el título: “Crisis en el Episcopado: un conflicto en la Catedral de Mar del Plata por su sucesión habría influido en la renuncia del arzobispo Gabriel Mestre”, la nota completa dice lo siguiente:
“En esos días se publicó, además, una solicitada de fuerte apoyo al sacerdote en el influyente diario local La Capital, cuyo director, el empresario Florencio Aldrey Iglesias aparecía como el primer firmante, junto a centenares de representantes de la comunidad local”.
Tras pedir por su “pronto regreso” y transmitir su apoyo al sacerdote, en la solicitada se expresaba que “desde que se conoció la triste noticia, no deja de estar en la boca y en el corazón de todos los feligreses. Hau una tremenda consternación además de – hay que decirlo – desagrado por la decisión adoptada y por la forma en que fue ejecutada”.
Un conflicto suscitado en Mar del Plata, diócesis que condujo durante seis años, hasta septiembre de 2023, habría sido el detonante de la sorpresiva renuncia del arzobispo de La Plata, monseñor Gabriel Mestre, luego de la intimación que recibió del papa Francisco cuando fue convocado días atrás a Roma.
Algunas fuentes eclesiásticas consultadas por LA NACION vinculan la drástica decisión del Papa con una situación inédita cuya expresión más visible transcurrió el 5 de abril pasado en la Catedral de Mar del Plata, en Semana Santa, cuando muchos feligreses –en una maniobra que parecía orquestada- alzaron carteles para pedir que se dejara sin efecto el traslado del padre Luis Damián Albóniga a Jujuy.
El sacerdote, que era párroco de la iglesia Asunción de la Santísima Virgen, había acompañado a Mestre como vicario general de la diócesis -el segundo del obispado- y administró temporariamente la diócesis tras la designación del arzobispo de La Plata.
En la Iglesia local veían al sacerdote como un posible candidato para suceder a Mestre, de 55 años, un obispo enrolado en la pastoral de Francisco y con fuertes proyecciones para ascender en responsabilidades dentro del Episcopado, que a fines de año renovará su conducción.
El destinatario de los carteles en la Catedral de Mar del Plata era monseñor Ernesto Giobando, un obispo de estrechos vínculos con Francisco, quien en enero pasado lo designó administrador apostólico en Mar del Plata hasta el nombramiento del sucesor definitivo de Mestre. Además de su condición de jesuita, Giobando fue novicio de Bergoglio cuando era seminarista en la Compañía de Jesús, y más tarde obispo auxiliar con el actual Papa en Buenos Aires.
“Padre Luis, presente” y “Luis te esperamos”, entre otras leyendas, decían las pancartas de apoyo al padre Albóniga, que hoy se encuentra en la diócesis de Jujuy, conducida por monseñor Daniel Fernández, que fue rector del seminario metropolitano de Villa Devoto, donde se formó el sacerdote.
Designaciones fallidas
“El caso Mestre lleva a pensar que, tal vez, la Santa Sede se apresuró a promoverlo como arzobispo de La Plata, sin evaluar debidamente su gestión anterior, en virtud de los problemas que se suscitaron tras su partida. Pero la drástica decisión de removerlo, revela también que a Francisco no le tiembla el pulso cuando cree que debe corregir una decisión”, evaluó una fuente eclesiástica.
La renuncia de Mestre se conoció dos días después del tedeum que ofició en la Catedral de La Plata por el 25 de Mayo, al que asistió el gobernador bonaerense Axel Kicillof, entre otros dirigentes políticos y sociales. Allí llamó a “esscuchar con los oídos del corazón para construir la patria”.
La incierta situación en la diócesis de Mar del Plata incluye dos designaciones fallidas del propio Francisco, quien en los últimos siete meses realizó dos nombramientos sucesivos que por razones de distinta índole no pudieron avanzar.
El 21 de noviembre de 2023, Francisco nombró como sucesor de Mestre en Mar del Plata a monseñor José María Baliña, hasta entonces obispo auxiliar de Buenos Aires. Al mes siguiente, Baliña dimitió por problemas de salud. Luego, el Papa designó a monseñor Gustavo Manuel Larrazábal, quien también presentó su renuncia -aceptada por el Papa-, antes de tomar posesión de la diócesis. Alegó que llegó a esa conclusión tras “un proceso de discernimiento y oración”.
Fruto de ambas deserciones, el 17 de enero de este año Francisco designó administrador apostólico de la diócesis a monseñor Giobando, uno de los obispos en los cuales tiene depositada una confianza extrema.
Con la colaboración de Darío Palavecino
Mariano De Vedia
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