“Espero que se termine de cerrar porque si no te juro que te mato”, dijo la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, medio en broma, medio en serio, cuando se anunció, con bombos y platillos, el retorno de la Fórmula Uno a la Argentina. El destinatario directo de la frase fue el ministro de Turismo de la Nación, Enrique Meyer. Sentado en la cabecera junto a otros funcionarios, Meyer solamente atinó a sonreír. Lo cierto y concreto es que pasó casi medio año de aquel anuncio y todavía no hay demasiadas certezas respecto a si la carrera se terminará por hacer o no en el callejero de Playa Grande y la Base Naval.
Son varias las cuestiones que todavía faltarían por resolver. Una, acaso la principal, tiene que ver con la cuestión de los fondos necesarios para afrontar un emprendimiento de estas dimensiones. El Estado deberá meter la mano en el bolsillo y desembolsar, por Gran Premio, unos 20 millones de dólares. Los otros 20 correrían por cuenta de inversores privados. La empresa Time For Fun, de capitales brasileños-argentinos es la encargada de motorizar el proyecto.
Pero la llave, en esta ocasión, no la tiene ni Cristina ni Moreno ni Kicillof. ¿Quién la tiene entonces? Bernie Ecclestone, el mandamás de la Fórmula Uno. Empresario en su máxima expresión, el “dueño” de la F1 juega sus fichas según sus propias conveniencias. Entonces, no sorprendió a nadie que el propio Ecclestone declarara no mucho tiempo atrás que “no he visto ningún contrato” en alusión a las negociaciones para la fecha de Argentina. En el medio talla también el interés de México y Nueva York, dos plazas alternativas que competirían por el cupo que, en teoría, se le asignaría a Mar del Plata.
Fernando Moya, productor de Time For Fun, reconoció que todavía es mucho el camino que queda por recorrer. Hay dos negociaciones que van en paralelo: por un lado, la de los números, es decir, la de la plata. Y por cuerda separada va el trabajo técnico, es decir las tareas vinculadas al diseño del trazado callejero. El circuito, de concretarse, tendrá aproximadamente unos 5.000 metros de extensión, 18 curvas y un ancho que oscilará entre los 12 y 16 metros. El diseño, al menos en su planificación general, corre por cuenta de Hermann Tilke, el mismo ingeniero que se encargó de los circuitos de Abu Dhabi, Bahrein y Shanghai.
Los plazos fijados para cerrar el acuerdo y concretar de modo definitivo el regreso de la F1 a la Argentina se han estirado. La idea original era que los contratos se iban a terminar de firmar en mayo. Sin embargo, el mes de la revolución ya pasó, también junio, y no hubo mayores novedades. En la lógica de Ecclestone queda claro que si la Argentina no cumple con la letra chica de los convenios exigidos por la FIA entonces el “proyecto Mar del Plata” quedará trunco. Una de las alternativas que desde la propia Time For Fun se dejó entrever es negociar la carrera para el 2014 en caso de no llegar para el año próximo.
En horas, días o como mucho semanas, debiera surgir alguna novedad. Por la negativa o por la positiva. Pero novedad al fin.
Guillermo Cechetto
Creo que lo de la F1 en mdp es algo que el 46% ya sabiamos que no sería verdad…
Me parece o no tiene ningun contenido esta publicacion, no dice nada que no se sepa y no tiene un argumento concreto que apoye siquiera el titulo de la misma.muchas gracias por dejar comentar.