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La escritora marplatense Florencia Canale sufrió un ataque sexual en la puerta de su casa

“Mi barrio suele ser tranquilo siempre. Vivo a unas pocas cuadras del Congreso, hay policías habitualmente. Incluso, hay días en los que he llegado a mi casa a la 1:30 de la mañana y no tuve problemas. Pero lo que me pasó anoche jamás me lo esperé. Todavía estoy con asco y con miedo”.

La escritora Florencia Canale vivió durante la noche del lunes en la puerta de su casa el horror en primera persona que tantas mujeres padecen cada día en la Argentina: lo que en un principio parecía un asalto de un motochorro se terminó por convertir en un ataque sexual de un hombre que la manoseó en sus partes íntimas en el medio de la vía pública, a las nueve y media de la noche.

“Estaba volviendo a mi casa. Volvía caminando como siempre, estaba hablando por teléfono con mi hermano. Cuando me estoy acercando a la puerta de mi edificio, veo que hay un hombre arriba de una moto detenido en la calle”, relató Canale en una charla con el medio Infobae.

“Justo cuando voy a poner la llave en la cerradura, veo que se abalanza sobre mí. Traté de cubrir mi teléfono con mi cuerpo como pude. Ahí el tipo me empezó a manosear toda y yo empecé a los gritos, como una loca. Le dije de todo. En ese momento, se dio vuelta, se volvió caminando a su moto como si nada hubiera ocurrido y se fue”, añadió.

Los segundos siguientes representaron el momento de la asimilación del terror. Esos instantes en los que la escritora y periodista tomó conciencia de lo sucedido. Esos instantes en los que masticó el agrio sabor entre el asco por los hechos sufridos y el alivio de no haber padecido un hecho aún más grave.

“Esos segundos posteriores fueron terribles. Entré corriendo al edificio. Toda la calle era puro silencio. Una vez adentro, empecé a llorar y a temblar de inmediato. Volví a llamar a mi hermano, que la conversación se había interrumpido abruptamente, y le conté todo. Él caminaba por las paredes, quería romper todo”, aseguró.

Canale declaró que el atacante nunca se sacó el casco. Estaba bien vestido y era joven, de menos de 30 años. Así y todo, entre los nervios y el miedo, aseguró no tener datos suficientes como para acudir a una comisaría a hacer la denuncia.

La autora del conjunto de novelas rotulado como “La Trilogía de Rosas” sabe que su caso fue el de una mujer más que sufre una vejación sexual por parte de un hombre en la calle. Si bien reconoce la mayor visibilidad sobre el tema en el ámbito público en los últimos años, también reposa en el odio y la resignación de un problema que nunca acaba.

“Además de abordar el tema judicialmente, creo que hay que tener una mirada antropológica sobre el tema. ¿Qué les pasa, muchachos? Realmente, ¿qué les está pasando? Pareciera como que hay cierto envalentonamiento. Son tiempos en los que, cuando una piensa que van a aplacar, sucede lo contrario. Parece que esto los enciende más, los enferma aún más”, afirmó.

El episodio vivido por Canale resultó ser mucho más habitual de lo que parece. La gran mayoría de las mujeres sufrieron alguna vez en su vida un abuso sexual de algún tipo en el medio de la calle: sea con un tocamiento, la exposición de partes íntimas o hasta con algún piropo.

De hecho, la propia Canale recordó otro episodio de violencia sexual por parte de un hombre que la tuvo como protagonista hace más de una década. “Hace unos diez años, un poco más, yo vivía cerca del Parque Las Heras. Cuando me estoy metiendo en el edificio, siento que queda justo pegado al otro lado de la puerta un chico de no más de 20 años. En eso veo que el pibe estaba pegado contra la puerta y empieza a masturbarse mirándome fijamente”, relató.

Y continuó: “Era pleno invierno y yo estaba tapada hasta las cejas. No cabía ni la excusa que usan algunos estúpidos sobre cómo las mujeres estamos vestidas y nuestra supuesta provocación. La violencia de ese chiquilín no era peligrosa. Lo que él quería era la vejación, la humillación. No tenía que ver con violarme“.

En las palabras de la escritora ya no se percibe tanto miedo. Parece convivir una mezcla de rabia con resignación. Como si la luz del final del camino en la lucha contra la violencia sexual de los hombres contra las mujeres fuera cada vez más tenue.

“Realmente no creo que la solución esté puesta exclusivamente en lo judicial o lo legal. Hay que apuntar más a lo atávico de todo esto. Hay que poner el foco en la educación. ¿Qué está pasando con estos hombres?, ¿qué es esta pulsión animal constante por el sometimiento? Los hombres tienen que revisar qué les está pasando”, dijo la periodista que ha participado en diversas publicaciones de prestigio de la Argentina.

Canale apuesta a reforzar el ejercicio de visibilización sobre los episodios que las mujeres sufren en la vía pública. Así y todo, considera que la posibilidad de poder revertir ese drama recae en apostar a un análisis serio, profundo y maduro sobre la problemática.

“Tenemos que pensar seriamente qué le pasa a la sociedad como para que se construyan este tipo de maniáticos. Hay que indagar también en qué construyen estos enfermos en su cabeza para llegar a hacer cosas así y peores aún. No hay que bajar los brazos”, adujo en uno de sus pocos raptos de esperanza durante la charla.

 

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