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La Costa ajusta los protocolos para un verano atípico y con incertidumbre

 

Las localidades costeras planifican unas vacaciones con el foco en la prevención. Las soluciones que se barajan para la playa, el alojamiento y el entretenimiento.

“Atípica. Difícil. Diferente”. Juan Ibarguren, secretario de Turismo de Pinamar, elige con cuidado las palabras con las que definir las características que puede llegar a tener la próxima temporada en la Costa, en la que el foco puesto en
la salud y en la prevención promete alterar cada una de las rutinastípicas de las vacaciones, desde la búsqueda de alojamiento a la permanencia en la playa y el disfrute del entretenimiento. Y mientras se ajustan los protocolos para garantizar la seguridad, las expectativas son también inciertas: “buscaremos tener la mejor temporada posible dentro de una realidad muy compleja”, indica Ibarguren.

Un panorama similar se vive en todas las localidades de la Costa, donde el anuncio hecho oficialmente esta semana desde el área de Turismo de la Nación, anticipando que, pese a la pandemia, habría temporada, representó la campana de largada para el ajuste de protocolos que van a definir qué tipo de temporada se vivirá. En me dio de ese movimiento, hay pocas certezas: una de las más fuertes es que se tratará de un verano diferente a cualquier otro.

Basta mirar lo que sucede en Europa, donde las playas con barbijos, distancia social entre grupos y colas para acceder se convirtieron en una postal repetida tanto como el entretenimiento al aire libre y las mesas de los restaurantes en la
calle. Aunque en ese continente, la experiencia del verano con COVID-19 terminó con peores resultados de los esperados por el surgimiento de rebrotes.

Por lo pronto y tras el anuncio oficial, dicen en la Costa, se difundió un protocolo marco a partir del cual cada municipio comenzó a trabajar para adaptarlo a sus propias características.

DESAFÍOS

Los desafíos más grandes los plantean las playas más concurridas, el transporte público, la hotelería y la nocturnidad y la idea que se fomenta es implementar protocolos que puedan ser afrontados por los empresarios.

En la primera aproximación a lo que podría ser el perfil de la temporada, autoridades de distintas localidades turísticas consultadas por este diario indicaron que uno de los rasgos más marcados probablemente sea el fin de la “escapada” a favor de vacaciones más largas que garanticen una menor rotación de los turistas.

EL ANUNCIO

Cuando el último martes la secretaria de Promoción Turística de la Nación, Yanina Martínez, ratificó que se podrá llevar adelante la temporada de verano en el país, puso en marcha los preparativos para una temporada singular, en la que se deberán aplicar protocolos para la gastronomía, la hotelería y las agencias de viajes, entre otras actividades. El anuncio trajo alivio a un sector turístico especialmente castigado por la pandemia, ya que llegaba días después de que el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán, pusiera en duda la realización de la temporada antes de que hubiera una vacuna contra el coronavirus.

Martínez dijo que la apertura se irá haciendo progresivamente y con reparos, para evitar que suceda lo que en Jujuy, una de las primeras provincias en abrir la actividad, que tuvo que dar marcha atrás por el recrudecimiento de los
casos.

La funcionaria destacó que se confeccionaron 9 protocolos homogéneos consensuados para ser aplicados “desde la Quiaca hastala Antártida” y que “brindarán seguridad y confianza para ir avanzando hacia aperturas graduales”.

Cristian Cardozo, intendente del partido de la Costa fue uno de los primeros en celebrar el anuncio, aunque destacó que “todo dependerá de la situación epidemiológica y sanitaria de estos meses”.

Cardozo consideró también que “la temporada será atípica para lo que veníamos acostumbrados” y agregó que cada distrito turístico deberá “asegurar que las personas que lleguen estén en buenas condiciones de salud y que se cuiden
al llegar para que no haya brotes”.

Al respecto dijo que se evalúa la posibilidad de que se realice algún tipo de test o que se soliciten altas médicas a los turistas.

Los protocolos en el Partido dela Costa alcanzarán a playas y res taurantes tanto como al sector inmobiliario y hotelero considerando las experiencias que se llevaron a cabo en destinos de playa que ya tuvieron verano, como los europeos.

“Habrá protocolos para ir a almorzar o cenar, seguro que serán actividades que se realizarán sólo al aire libre, con distanciamiento social y uso de tapaboca”.

Al mismo tiempo se anticipó que “habrá a acuerdo con los balnearios para que se pueda disfrutar la playa con `burbujas familiares`, distanciamiento entre personas e intentando no compartir el mate”.

Del mismo modo consideró complejo que se puedan desarrollar espectáculos en teatros o recitales.

Villa Gesell, en tanto, es una de las localidades que estudia imple mentar un sistema de banderas verdes y rojas, diferentes a las que usan para advertir sobre el estado del mar, con el fin de indicar cuáles ya están completas para evitar aglomeraciones. La misma función tendrá el personal que se dispondrá en las calles principales para
informar sobre el estado de ocupación de las playas.

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PLAN SANITARIO

El Plan Sanitario Integral para esa comuna que presentaron las autoridades gesellinas el último sábado también dispone el distanciamiento social en la playa y en el agua de 1,5 metros, un distanciamiento de cuatro metros entre el
eje de las sombrillas y el uso de calzado y barbijo para desplazarse por la arena, aunque no dentro de sobrillas y carpas.

Juan Ibarguren, secretario de Turismo de Pinamar es optimista frente a la temporada, aunque sabe que se tratará de un verano difícil y atípico.

“Destinos como Pinamar corren con ventaja frente a otros más multitudinarios en un contexto así en el que la distancia y el contacto con la naturaleza se convierten en importantes”, sostuvo en diálogo con este diario.

EVITAR RIESGOS

En Pinamar se habla del registro y mapeo de los ingresantes para evitar riesgos y de favorecer las estadías más largas para evitar la ma yor rotación de turistas.

Además de la distancia en las playas entre grupos no familiares de 2,5 metros y los barbijos, se espera que los nuevos protocolos, que actualmente se definen, impacten en otros sectores como la gastronomía, la hotelería o el trans-
porte.

Una de las actividades en las que se sentirá ese impacto especialmente será la del entretenimiento. Será, dice, una temporada en la que se favorecerán las actividades al aire libre y con horarios límite, como en Europa, indica.
Desde Miramar, en tanto, el secretario de Turismo, Cultura y Deportes del municipio de General Alvarado, Tomás Crowder, dice que “el coronavirus plantea para la actividad un futuro incierto, pero en vez de enfrentarlo con miedo, lo
vamos a hacer con creatividad e innovación”.

Alineada con otros distritos de la Costa también esta comuna dispondrá una distancia de 2,5 metros entre grupos familiares en la playa, el incremento de los baños químicos y un sistema de alerta por el estado de ocupación de los
espacios recreativos frente al mar, mientras definen otra serie de medidas en estudio. Entre los elementos que cree que no se habilitarán para el verano se cuentan las piletas.

Con todo, en cada uno de los distritos se hacen las primeras aproximaciones a una realidad que recién se vivirá dentro de cuatro meses. Pero que, sin duda, marcará a un verano distinto, destinado a quedar en la historia por sus par-
ticulares protocolos.

 

 En Mardel, vacaciones sin “camas calientes”

Un día y medio entre alquiler y alquiler para garantizar una desinfección a fondo. Ese es el pro tocolo que manejan en las inmobiliarias de Mar del Plata para este verano, que se convertiría así en el primero sin “camas calientes”, esa modalidad clásica en la que un turista llega casi inmediatamente después del otro.

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Así lo indica a este diario Miguel Ángel Donsini desde el Colegio de Martilleros marplatense, quien sostiene que esa nueva modalidad va a redundar en alquileres por períodos más largos de tiempo y en estadías que, esperan, promediarán entre los 7 días y el mes.

“Esa costumbre que se había hecho cada vez más frecuente en los últimos años de alquilar por tres o cuatro días deja de ser viable si un departamento tiene que estar parado un día y medio entre alquileres”, indica el dirigente.

EL ACENTO EN LA LIMPIEZA
Por otra parte, apunta que el acento del protocolo, en lo que tiene que ver con el ámbito inmobiliario, va a estar puesto en la seguridad y la higiene antes de la entrega de los departamentos.

Se tratará, describe, de una limpieza y desinfección a fondo entre inquilino e inquilino, atenta a todos los detalles y en la que “habrá gente especializada que se encargará de la limpieza y desinfección y otra que tendrá la tarea de supervisarla y avalarla”.

“UNA SITUACIÓN DIFÍCIL”
“No esperamos un verano explosivo en cantidad de gente y la situación para el propietario es difícil, porque no puede trasladar a los precios el costo de la higiene de los departamentos y de los días que está parado, de manera que la temporada de verano sólo va a permitir mantener las propiedades”, indica Donsini.

Con respecto a otros protocolos, Donsini destacó que “todavía es temprano, recién se está empezando a trabajar en una temporada que va a ser diferente y hay aún muchas cosas por definir en todas las actividades”.

Fuente: EL DÍA

Un comentario

  1. Ajustada estarán terapia intensiva de varias clinicas y el Higa…

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