Desde junio de 2013, en las diversas oficinas vinculadas a Obras y Servicios Urbanos alardean sobre el proyecto de contenerización. En la oralidad, el boceto es presentado “como un plan superador”, “una adquisición que implementan las grandes urbes del mundo” y hasta se animaron a vaticinar que “la utilización de esta tecnología solucionaría todos los problemas estructurales de la basura, en General Pueyrredón”.
Es cierto que la radicación de contenedores es beneficiosa en ambos aspectos, aunque también los resultados están atribuidos en gran parte a la “dependencia” de la empresa que ejecutaría el servicio. Y es allí donde el distrito no hace equilibrio.
En el feedback constante entre la Municipalidad y la empresa Transportes 9 de Julio sucedieron varios desencuentros. Uno de ellos fue por una deuda, que según la firma era de $ 100 millones, mientras que desde la comuna alegaban que el monto no superaba los $ 58 millones. Por otro lado, desde el gobierno de Pulti siempre cuestionaron la prestación del servicio, aunque a la hora de prorrogar la recolección, bajaron la cabeza.
En este ítem es donde la “dependencia de terceros” entra de lleno en el juego. Con una compañía que no ha satisfecho las necesidades de los ciudadanos ni de la gestión conducida por el Intendente, deberán redactar un contrato rígido en donde la “letra chica” no deje ninguna puerta abierta, ni lugar para las especulaciones. De lo contrario, la idea será productiva en la teoría, pero no en la praxis.
El presidente del Ente de Obras y Servicios Urbanos (ENOSUR), Manuel Regidor, expuso en el Informe Anual Ambiental 2013 una serie de argumentos en los cuales explica los beneficios de la contenerización.
Entre los puntos más importantes se distingue que la contenerización disminuye la distribución de los residuos en las calles y la probabilidad de dispersión de los residuos debido a rupturas de las bolsas. Además, manifiestan que el sistema cuenta con camiones lavadores que mantienen la higiene de los contenedores; aumenta la franja horaria para sacar los residuos a la vía pública.
Por otro lado, el dossier reza que este sistema dispondrá de dos tipos de contenedores diferenciados, como así también los materiales inorgánicos recuperables serán protegidos de diversos agentes que humedezcan o ensucien los materiales. Una de las perlitas es que según los especialistas del ENOSUR, la aplicación de este servicio minimizará la congestión del tránsito causado por el camión de recolección. Una premisa llamativa.
Un dato importante es que para llevar adelante este proyecto, el Municipio financiará todos los gastos con un crédito otorgado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de 10 millones de dólares. Si embargo, en el informe ensamblado por Regidor, el costo de todos los equipamientos alcanza los u$s 12.538.700.
Sin dudas, este plan que esbozarán para fin de año, según justifican desde el entorno de Pulti, parece ser una cortina de humo para tapar los serios inconvenientes que tiene la gestión con la recolección de residuos. Por el momento el anuncio está declarado con bombos y platillos, aunque entre lo dicho y lo hecho, hay un largo trecho.