El diputado de la Coalición Cívica Juan López relató con lujo de detalles la interna de Juntos por el Cambio en el debate del presupuesto. Reconoció que su fuerza pretendía abstenerse para permitir su aprobación y eliminar artículos en el tratamiento en particular, pero no pudo coordinar esa estrategia con sus pares de Juntos por el Cambio y votarán en contra.
“No creo que votar en contra sirva para algo. Es entrar en territorio desconocido. Aunque tampoco es fácil acompañar a un presupuesto como este”, señaló López durante el debate en Diputados, que podría terminar con un rechazo si el oficialismo no tiene los votos.
López recordó que vivó de cerca la sesión de 2010 en la que se rechazó el presupuesto y que este año el margen social es peor. E hizo una fuerte autocrítica a su interbloque por no haber podido acordar otra posición que no sea votar en contra y dejar al país sin presupuesto.
“En Juntos por el Cambio llegamos entre nosotros con una falta de coordinación que tiene que ver con una falta de institucionalidad de las alianzas de gobierno o de oposición. Hago mi mea culpa y mi reproche personal y colectivo”, sostuvo.
Sus declaraciones retumbaron en el recinto porque JxC llega a esta sesión con 10 bloques y sin un jefe definido, lo que complicó la gestión de una posición común para esta sesión. De hecho, Sergio Massa y Máximo Kirchner convocaron a todos los jefes a dos reuniones y no siempre decían todos lo mismo.
Ni siquiera fue posible acordar un dictamen en conjunto de rechazo: Evolución radical presentó, Luciano Laspina del PRO se quedó con el suyo en la mano y se lo guardó. “Se rompió una tradición de 6 años de no dividirnos en las comisiones”, se lamentaban los heridos de esa desinteligencia.
López reconoció esos problemas en su discurso. “Nuestra posición es la abstención, que tenia un propósito y una estrategia: votar algunos artículos en particular en contra y obligar al oficialismo a cambiar. Y llevarnos algo más que un título”, se lamentó.
Hasta el lunes, la posición de abstenerse si era necesario para que el presupuesto sea aprobado prevalecía en Juntos, pero el martes en varias reuniones informales apareció la idea de votar en contra por parte de los sectores más duros.
Cuando los federales anunciaron que irían por ese camino, la Coalición Cívica quedó entre la espada y la pared: si mantenía su posición de abstenerse iba a ser garante de la ley.
Se los hicieron saber sus colegas radicales que ya le habían comunicado al oficialismo que votarían en contra. Cuando todos los jefes de Juntos se vieron las caras en la reunión con Massa del martes, varios supieron de negociaciones paralelas y la única postura en común fue endurecerse. Igual quedaron heridas. Y muchas.