El Club Atlético River Plate ha sido prácticamente el único perjudicado, por la decisión de jugar en el horario de las 21.30, ya que debido a su alto rating, quita espectadores al programa Periodismo para Todos, que conduce Jorge Lanata por Canal 13.
Si ya resulta difícil concurrir a los estadios en horarios diurnos, no resulta complicado imaginar cómo se convertirás en un trastorno, hacerlo a primera hora de la madrugada del día siguiente.
La Tv Pública sometió al club River Plate, a sus asociados, simpatizantes e hinchas, a ajustarse a un horario totalmente incómodo y fundamentalmente peligroso.
Ante la A.F.A. Boca Juniors, el otro club afectado, practica la obediencia debida por su alineamiento político con el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, ingeniero Mauricio Macri. Daniel Angelici, el presidente del C.A.B.J. hizo sentir el rigor de su disidencia, pero desde la vereda en la cual Macri libra varias peleas con la Casa Rosada, y en ese orden de especulación se arrastra a los simpatizantes xeneizes. Boca ya no juega por nada en el horario de Lanata, así que esta situación se mantendrá en las últimas cuatro fechas.
River Plate y sus autoridades han quedado en franca desventaja a la hora del reclamo, en soledad, debe asumir el riesgo el traslado y asistencia de los hinchas millonarios, al propio Monumental y a otros escenarios como visitante, justo en el momento de mayor convocatoria en la pelea por el título del Torneo Final.
Es necesario abordar este problema, desde una óptica absolutamente ajustada a la realidad. River ha salido perjudicado, y en un año electoral, es un compromiso que los socios deben saber leer, de cómo el poder político envolvió en su maraña de intereses a River, sin ninguna advertencia o solución posible. Se actuó “de facto” para que el equipo con mayor rating del país, compita a través de la televisión pública con un programa que produce un canal privado. Se puede dar el caso que también el C.A.R.P. baje algunas centésimas, según vaya el minuto a minuto del programa de Jorge Lanata.
Pero es necesario analizar el conjunto de la situación, sus alcances y repercusiones. Esta es la decisión de un gobierno, que nos está haciendo vivir en una calamidad política, casi en todos los órdenes. Y no es caprichosa esta definición, sino basta con observar cómo reaccionó ante la tragedia de Once y las inundaciones en la ciudad de La Plata, como la inseguridad que se vive en el todo el territorio nacional, que día a día cobra la vida de habitantes indefensos, destruyendo familias y planes de vida en paz y sociables.
A River no le han dejado margen, a través de una orden a la A.F.A., le bajaron línea y todo lo demás no importa, son insensibles y también irresponsables, dado que admiten oficialmente que la razón es la propaganda política oficial de Futbol Para Todos, el proselitismo que pagamos todos los argentinos. No es fácil imaginar semejante grado de desprecio por la seguridad de los hinchas. Esta vez a River, por ser el equipo más convocante ha sido obligado a jugar un partido, en el cual poco o nada puede hacer. Después dicen que le preocupa al gobierno nacional la seguridad en los estadios del futbol y anuncian medidas para combatir la violencia. No son creíbles y por eso despiertan cada vez más rechazo el relato oficial que intenta tapar la realidad.
Sólo encomendar a Dios, que no pase nada y que la inmensa legión de riverplatenses salga indemne, en las últimas fechas a pesar de la desconsideración de las autoridades nacionales, que no han dudado en tomar decisiones, que notoriamente perjudican a los intereses millonarios.
Jorge Elías Gómez
jgomez@mdphoy.com