Si en la guerra la primera víctima es la verdad, no resultará nada desacertada la misma aplicación para el contexto de pandemia, que atraviesa no sólo nuestro país sino todo el mundo.
El traslado de un afectado de COVID – 19 desde el HIGA a un sanatorio del Sindicato de Camioneros en el barrio de Caballito, adquirió un significado que excedió el marco de lo estrictamente sanitario. No hay eslabón que no cierre en un maratón de aclaraciones que oscurecen.
Si arrancó bajo sospecha, un audio filtrado y capturado que se viralizó de a miles, el intendente se lo atribuyó 24 horas después, el domingo a la tarde, agregándole menor claridad, empastando las densas e irreconciliables relaciones que tendrán las autoridades provinciales y municipales hasta el turno de 2023.
Una sola pregunta que tiene la misma respuesta: ¿Por qué Montenegro va a recibir un tratamiento distinto al que recibe Rodríguez Larreta en CABA de parte de la Casa Rosada y el poder real del Instituto Patria? ¿Quién es el gobernador bonaerense?, Axel Kicillof, que pueden esperar en el PRO y en JxC, lo mismo o peor. Mar del Plata es un objetivo K. No lo ignora nadie ni el más ingenuo. Y Montenegro …?
Las cuestiones políticas se han deslizado peligrosamente hacia la confrontación de los sistemas de salud, según el color de quien los administre, como también el catálogo de las restricciones. Por ejemplo si en una ambulancia de José C. Paz, se involucra al chofer en la comercialización de sustancias prohibidas, el intendente Ishii no es responsable porque “trabaja todo el día” según surge desde la gobernación en La Plata.
Si en Tandil se instrumenta un sistema aleatorio a los cuadros epidemiológicos, reemplazando las fases con los colores de un semáforo, el intendente de esa ciudad, “es tildado de rebelde, separatista” y llegan hasta prever una quita de recursos económicos, vitales para la ciudad de la intendencia de Miguel Lunghi, el médico pediatra que desde el 2003 ejerce ese cargo.
Muy rápidamente La Plata y Tandil, zanjaron la rencilla y acaban de anunciar planes conjuntos, entre Kicillof y Lunghi es un tema terminado. Pero hay varias lecturas en los entresijos de un gobernador que ejerce un mandato con un irrenunciable costado ideológico.
Qué diferencia hay entre un intendente del PRO y un intendente de la UCR: el color es un abismo para el delfín de CFK. El amarillo lo satura en todas sus tonalidades.
Es innecesario enfatizar que todo se produce en el fragor de la confrontación política, a la cual hemos arribado arrastrándonos por las consecuencias sanitarias, económicas, sociales y laborales, que echaron límites de una lucha desigual entre los argentinos, cuyos gobernantes se han empeñado en profundizar, sin fijarse en los costos colosales que dejará esta infernal coyuntura.
Algunos de los mismos, por ejemplo la cantidad de fallecimientos, que ya no tendrán otra vida de recuperación. Ante dantesco desafío, no se conoce un caso en el país que haya demandado la utilización de un avión sanitario, o posiblemente no se haya difundido como otras tantas acciones de gobierno.
Y también, como la verdad en la guerra, las estadísticas también pueden ser causales de manipulaciones intencionales, demoras en su conocimiento, y fundamentalmente, para tomarlas como base de medidas destinadas a morigerar y aliviar padecimientos de personas de cualquier signo y edad.
Los recursos son finitos, ante semejante mensura de los alcances del COVID – 19, por lo tanto una vez más el país con sus habitantes adentro, deben enfrentar los efectos.
Resultó luego que el traslado desde el HIGA al Sanatorio Antártida, se produjo por falta de un respirador (no de cama) en el hospital de alternativa construido de apuro en el predio del HIGA, a un costo estimado de US$ 1.000.000.-
Si se hubiera utilizado la opción Hotel Provincial, los respiradores hubieran llegado, pero se privilegió el fruto de un vaciamiento del hotel que ocupó la tapa de los diarios locales oportunamente, y luego concesionado en forma sumarísima por el ex gobernador Daniel Scioli – hoy embajador en Brasil -al Grupo Aldrey, al cual pertenece el multimedios La Capital.
El US$ 1.000.000.- que demandó la construcción del hospital de emergencia, se podría haber destinado en su totalidad a la compra de respiradores. A quién le sirve el Hotel Provincial abandonado, un hospital es un gran hotel con estructura y logística sanitaria, faltó decisión política o sentido común. El Hotel Provincial es un bien del Estado, sujeto a emergencia como surge de esta pandemia que ya cumple un año desde su origen en China.
Jorge Elías Gómez