Con un gol agónico del defensor César Espende. Y con una soberbia actuación del arquero Pablo Morata, Kimberley le ganó 1 a 0, de visitante, al complicado Independiente de Chivilcoy por la cuarta fecha de la zona 12 del Argentino B.
No fue el “Dragón” de otros encuentros. Nunca tuvo salidas claras y llegadas netas al arco local. Pero con enjundia y con la figura descollante de Morata, los marplatenses se trajeron un triunfo heroico como inmerecido por lo demostrado a lo largo del juego.
Varias situaciones tuvieron los chivilcoyanos para destrabar el cero. Un tiro libre de Medina y un cabezazo de Lema chocaron contra la humanidad del uno marplatense.
Los dirigidos por Damián García no hicieron pie en gran parte del cotejo. Pero nunca escatimaron el rigor físico ya que era lo que demandaba un encuentro por demás desfavorable.
Sobre los 8 de la segunda mitad, el golero local Jonathan Ivanoff, evitó de gran forma la primera llegada a fondo de los visitantes.
Rápidamente todo siguió el mismo curso con extraordinarias apariciones de Morata. Una doble tapada a Carlos Iarossi y continuas revolcadas sosteniendo el cero en su arco.
Sobre los 40 minutos una vez más Iarossi fue el participé de una jugada de riesgo sobre el arco del “Dragón”. En esta oportunidad convirtió pero el árbitro de la contienda, el juninense Marcelo Martín, anuló el tanto por una supuesta infracción al arquero visitante.
Las innumerables repuestas de Morata más los cobros del juez, derivaron en que el cotejo se caldeara.
Y sobre todo en la última que favoreció a Kimberley y de la mejor manera. Después de un certero envío al área local el defensor central César Espende conectó de cabeza, la bola dio en el travesaño, picó sobre la línea, y el juez decretó el gol.
Todo terminó en escándalo. Los jugadores de Independiente lo increparon de mala manera al árbitro y a sus asistentes, desnaturalizando por completo el final, con golpes de puño entre jugadores y parte del cuerpo técnico.
Una situación bochornosa. Un triunfo que sirve para seguir invictos en el grupo 12. Y un escenario que nos traslada a la triste realidad de una Argentina que culturalmente no tiene arreglo.