En los últimos días el Congreso ha sido el ámbito no adecuado para el dúo presidencial. Comenzó la señora presidente con un extendido discurso de apertura del ciclo legislativo, donde faltaron precisiones sobre inseguridad, inflación, etc, pero no estuvieron ausentes las vulgaridades.
El término vulgar es definido como “grosero, ordinario, de mal gusto” y también como “común o general, por contraposición a especial o técnico”.
Quizás es tiempo de comenzar a escribir discursos, para ser especiales y técnicos y así no olvidarse de cuestiones claves que hacen a la preocupación de la gente y no caer en la tentación de ser nacional y popular con expresiones vulgares.
Quizás la presidente no sabe (no creo), cual es la mayor aceptación que tiene eso de “chiquito pero cumplidor”. En el vulgar de la gente se va hacia lo sexual. En un discurso de tal magnitud, en el Congreso, uno espera de la primera figura política del país, que se respete el contexto. No me importaría si esto se le escuchara a ella misma en un dialogo informal, casi todos lo hacemos en esos lugares con expresiones poco ortodoxas. Creo que tiene demasiadas formalidades que cumplir un presidente, más en el lugar precisado, lástima asimismo que existan los aplaudidores de turno que festejan exultantes todo, lo bueno y lo malo.
Este lunes, en su reunión en el Vaticano, puede ser que reciba la señora presidente una lección de cómo ser inter nacional y popular, sin entrar en vulgaridades. Esto es lo que es nuestro Papa Francisco, sin ninguna auto promoción especial de campaña ni un modelo titulado como “nacional y popular” de por medio para que en la repetición sea aceptado como tal. El Papa no lo ha necesitado en sólo un año de funciones. Claro, es el Papa, pero la señora Cristina es nuestra presidente y esto igualmente no es poca cosa. Ya lo tendría que saber largamente, no gobierna sólo para aplaudidores, lo es para todos los ciudadanos que tratamos de respetar lo institucional.
Este juego del “sudaka”, se completa con la otra figura de la dupla presidencial. Amado Boudou, cumpliendo (si se puede decir así) su función de presidente de la Cámara de Senadores, en el primer informe del jefe de Gabinete, Capitanich, a los legisladores, se puso a jugar al sudoku. Lamentable… Perdón, olvidaba que Luis D’Elia habló a favor del vicepresidente y esta situación…y con dicha defensa cantamos bingo en el juego del “sudaka”.
MIGUEL TOSCANO
Bien Miguel!!En una República, “las formas”, hacen al fondo. Abrazo!!
Gracias Gustavo por comentar.
No sé que prefiero: Que jueguen al Sudaka o que duerman. Durmiendo por lo menos no levantan la mano. Saludos