Todavía no hubo ceremonia de inauguración, pero los Juegos Olímpicos ya mostraron su profundo rechazo hacia la Argentina. Esta noche, el presidente Javier Milei junto a su hermana Karina Milei rumbo a París dónde también se reunirá con Emmanuel Macron.
El puntapié inicial del fútbol olímpico mostró el clima hostil con el que, seguramente, la delegación argentina será recibida en Francia luego de la polémica por las denuncias de racismo contra Enzo Fernández y demás jugadores de la Selección al cantar una canción alusiva durante las celebraciones de la Copa América.
Abucheos al himno argentino, hostilidad en las tribunas, invasión de campo, petardos contra los deportistas y, por si faltaba más, una decisión amateur de reanudar la competición una hora y media más tarde, con una decisión adversa, pese a que el partido estaba -en los papeles- finalizado.
El Gobierno de Milei, lejos de apaciguar las relaciones diplomáticas, las tensó: echó al subsecretario de Deportes, Julio Garro, quien dijo que la Selección y la AFA deberían haberse disculpado. Aseguró que ni él ni nadie le iban a decir a los futbolistas qué opinar, en ningún momento. Las palabras de su vice, Victoria Villarruel, fueron más nafta al fuego.
El inédito conflicto diplomático casi le cuesta al Presidente su presencia en las Olimpiadas. La secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, tuvo que ir a disculparse personalmente a la Embajada y fue quien reconstruyó los puentes institucionales, que aún penden de un hilo.
Finalmente, Macron aceptó mantener una reunión bilateral el viernes en el Palacio del Elíseo. Se espera que el encuentro calme aguas en un clima más que tenso. La agenda de Milei también incluye una reunión con empresarios franceses luego del encuentro con el mandatario galo.
Por fuera de la diplomacia, que le permitió a Milei y su hermana realizar su 12° viaje en siete meses, el pueblo francés parece haber dado su veredicto: se declaró anti Argentina.