“Si no hay Estado no hay verano” en esta frase de 7 palabras, toda una muletilla política sirvió para que el gobernador Axel Kicillof ingrese a la temporada alta, en la campaña que toda la política argentina está elevando su tono, a límites desaconsejables. Una definición caprichosa, desacomodada e inoportuna.
En una temporada que se abre y que responde a la alta demanda de consumo turístico por una razón exclusivamente climática propia del verano, los destinos son balnearios, preferentemente ubicados en la belleza de la costa atlántica.
Mar del Plata es excluyente en ese sentido y el foco de la violencia política, se proyecta en una lidia que se acerca a los extremos.
“Perón acababa de lanzar una campaña “contra el agio y la especulación” y suponía que con la detención de “agiotistas” y de “contreras” podría revertir los efectos inflacionarios de su errática política económica. Llevaba siete años en el poder en medio de un clima político cada vez más pesado” – 15 de abril de 2003- (La Nación)
«Cuando los pueblos agotan su paciencia, suelen hacer tronar el escarmiento«. Un frase de Juan D. Perón, presidente, la noche del 21 de junio de 1973. Otro contexto. Otra Argentina. Pero ciertamente que hace pensar.” – 30 de abril de 2018 – (Tribuna Popular)
“En un país en donde el enriquecimiento sobresaliente de los poderosos hiere a los ojos, además de todo el discurso relativizante del seudo progresismo, eso también es un elemento a ser considerado.
Hay mucha gente que considera que ese par de “altas llantas” les corresponde, sin pagar, entre otras cosas porque aprendió que en la cúpula del grupo gobernante hay mucha gente muy rica y nadie sabe cómo fue que se hicieron tan ricos.” – 13 de diciembre de 2013 – (Pepe Eliaschev)
En estas tres citas se recompone un contexto que con sus matices pueden suponer situaciones análogas.
Ni Kicillof ni Montenegro se acercaron para aportar un bálsamo. Sólo vivimos de estrecheces de todo tipo que tocan además al PAMI y a la MGP.
Si el producto actual responde a la política oficialista del presidente Javier Milei, se involucra a toda esta trama de desaciertos que nos ha traído a la previa de la Nochebuena del próximo martes.
Ir a Miramar para inaugurar El Operativo Sol es una señal política que arriesga un desafío con respecto a la inseguridad reinante en nuestra ciudad. Kicillof no debe ignorar que el Casino Central debe cerrar sus puertas porque en su interior no se pueden contener los hechos de violencia vinculados al delito urbano.
En sólo 11 días ya estaremos en 2025, el año de consolidación política y las señales son las peores.
Kicillof no la pasó bien y recibió el pésimo humor de afiliados al IOMA, de protestas por actos por inseguridad y tampoco se acercó al dantesco escenario que presenta la Avenida Jorge Newbery, que abarca a todos los frentistas que incluyen un mega mercado de reciente inauguración, varios barrios privados cuyos propietarios no pueden ni acceder a sus viviendas por el caos de la circulación y el complejo turístico que engloba un camping y atractivos acuáticos y aéreos.
Que Kicillof haya elegido Miramar para ? el Operativo Sol no aparece procedente. Tampoco la presencia de Montenegro a un acto donde de hecho se degradó a la ciudad que gobierna no es un hecho casual. Podía haberlo evitado, también él está dibujando sus números presupuestarios pero no evita su léxico de campaña cuando afirmó que hace 5 años viene haciendo lo mismo que hace Milei. No le sobra nada y está carreteando en la búsqueda de cuál y dónde será su destino político a partir del 10 de diciembre de 2027, o antes
Son reflexiones necesarias sobre las cuales ya existen precedentes. No será una temporada fácil, las connotaciones sociales se expresarán con la identidad de un marco que aporta ser la tapa de todos los medios nacionales, corresponsales de todo el país. Enero es Mar del Plata, pero no se están emitiendo mensajes de contemporizar, en esta pelea que tiene como fondo captar los votos en medio de despiadadas internas político partidarias.
Esperemos que la sangre no llegue al río.