Estimados colegas y amigos.
Les escribo para pedirles su apoyo y solidaridad. Estoy atravesando momentos muy difíciles de persecución y acoso laboral en el Instituto
Nacional de Rehabilitación Psicofísica del Sur (INAREPS) que derivaron
en la notificación de despido. Lamentablemente para mí, esta situación
se me presenta a menos de tres meses de ser mamá en octubre del año
pasado.
Lo que parecía ser una vuelta normal al trabajo luego de la licencia
por maternidad, el 30 de diciembre del año pasado, se convirtió en una
pesadilla que me deja sin trabajo y amenaza la salud de mi hijo. Al
cuarto día de retornar a mi puesto de comunicadora, el Dr. Mario
Ricciuto, director de la institución, y la Dra Laura Valente, me
notificaron de manera oral que se iba a dar de baja mi contrato porque
no necesitaban más comunicador institucional y, agregó el director,
que esa decisión había sido precipitada por mi licencia por
maternidad. No necesitan que les cuente la mezcla de asombro e
indignación que sentí.
Este fue el corolario de una serie de ninguneos a la función de prensa
y comunicación y a otros tantos malos tratos que buscaron
desacreditarme como profesional y persona. El acoso fue desde
asignarle tareas de mi área a otras personas sin desarrollo
profesional en este tema -e incluso a algunas que no son personal de
la institución- para hacer piezas comunicacionales de todo tipo,
cuestionarme como se hace una gacetilla hasta devolverme un escrito
porque le faltaba o sobraba una coma.
Durante los meses de embarazo debí tomar ansiolíticos y ahora, todo
este estrés afecta la lactancia, que es importante pero más teniendo
en cuenta que mi hijo supera un estancamiento de peso.
Me acompañan en esta lucha los compañeros de ATE, quienes lo
denunciaron ante los medios y el Ministerio de Trabajo de la Nación
por otros casos de acoso laboral el mes pasado. Mañana, jueves 9 de
enero, convocan a una conferencia de prensa a las 10 en el INAREPS,
ruta 88 km 1½.
Por favor ayúdenme a difundir este y otros atropellos hacia el
personal. Hoy me toca a mí pasar por esta situación pero no soy la
única que sufre estos malos tratos.
Saludos cordiales
Lic. Fernanda Zubeldia Bund