“Cuando llegue el momento de actuar, lo haremos”, sostuvo el número dos del movimiento chiita libanés, Naim Qassem, quien indicó que su organización no se verá afectada por los “pedidos internacionales de no intervenir”.
Aumenta la cantidad de civiles muertos.
La guerra entre Israel y el grupo islamista palestino Hamas dejaba este viernes al menos 3.000 muertos y cientos de miles de desplazados en la Franja de Gaza en menos de una semana.
El conflicto estalló tras la ofensiva sorpresa por mar, tierra y agua de Hamas el sábado pasado, que causó 1.300 muertos en territorio israelí y 150 rehenes.
Los bombardeos de Israel contra el enclave como respuesta al ataque dejaron más de 1.800 muertos en el pequeño territorio palestino, donde el Gobierno israelí cortó el suministro de agua, y tampoco llega ni comida ni electricidad.
Las tensiones entre Israel y Hezbollah fueron en aumento en los últimos meses debido a que la milicia chiíta libanesa levantó en abril un campamento en la zona desmilitarizada de la frontera, pero se disparó luego de que Hamas atacara a Israel por mar, tierra y agua, en una ofensiva sin precedentes.
El movimiento islamista libanés Hezbollah, que ya libró varios conflictos armados con Israel, y se atribuyó varios ataques a posiciones israelíes desde el comienzo de la guerra entre Israel y Hamas.
Hezbollah intercambió disparos el domingo pasado con el Ejército israelí en apoyo al ataque de Hamas, y denunció que tres de sus combatientes habían muerto en ataques aéreos israelíes en el sur de Líbano.