El intendente de San Isidro, Gustavo Posse, se frota las manos frente al incierto panorama que muestra Juntos por el Cambio, atravesado por las internas entre “bonaerenses” y “porteños” que por estas horas se traduciría en una disputa interna en las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) a nivel bonaerense.
Ahora, frente a la confrontación entre Diego Santilli, el alfil de Horacio Rodríguez Larreta, y Jorge Macri, en representación del grupo Dorrego, salió a manifestarse a favor de la primaria.
Fue durante un acto con tintes proselitistas llevado a cabo en el Partido de La Costa. “Desde Protagonismo Radical siempre dijimos que tenía que haber PASO. Es una Ley que tiene que ser aprovechada por los partidos políticos para que la gente no sea llevada a una encuesta obligatoria donde haya candidatos únicos”, declaró.
Para Posse, en esa instancia “deben participar de distintos sectores para poder elegir y que en la elección de noviembre tengamos la lista lo más fuerte posible para enfrentar al oficialismo”.
Incluso adelantó la idea de conformar “una lista sin odios y que busque la integración de todos los sectores” con la idea de superar “situaciones de odio y de grieta”. El mensaje pareció dirigido al ala dura del PRO que encarnan Mauricio Macri y Patricia Bullrich.
En un guiño a su vecino, Jorge Macri, pidió también “trabajar para tener la mejor lista de Juntos por el Cambio pero que sea con candidatos de la provincia de Buenos Aires”.
Lo cierto es que más allá del debate interno de la oposición, a Posse se le presenta una situación compleja. Le quedan dos años de mandato como intendente de San Isidro -gobierna el municipio desde 1999- y ya no puede renovar.
Su aspiración es llegar a la Gobernación, pero no tiene ni el predicamento interno ni la instalación necesaria frente al gran público bonaerense. Los tiempos apremian. A río revuelto, apareció su oportunidad, ¿pescará?
