En enero del ´74 en el Autódromo porteño se vivió una de las grandes decepciones de la historia deportiva del país. A Reutemann se le esfumaba consagrarse ante su público en la F1. Insólitamente “Lole” se quedaba sin nafta en su auto de competición.
La carrera de Emiliano Giri es también una cuestión de nafta, automovilísticamente hablando. Aunque lo suyo es una experiencia electoral, mejor dicha una aventura política. En las PASO, enganchado con De Narváez, superó el piso del 8,33 %.
Pero lo condena ahora el voto útil que no lo tiene decididamente como opción. Pero sufre la vertical caída del “Colorado”, que apenas logra retener el 40 % de los votos conseguidos el 11 de agosto.
Giri arrancó – según nuestras fuentes – dentro del ala progresista de la UCR y aspiró a ser senador por la Quinta Sección Electoral, pero no le dio el pinet. Se mudó con Posse para poner una pata como radical PRO. Tampoco le dieron las medidas y debió cobijarse en la tienda de De Narváez, cuyo certificado de defunción se lo extendió Sergio Massa cuando desde Tigre se plantó ante el poder K.
Escindido del PRO, pero cobijado por Angelici, justo cuando el presidente de Boca se ha distanciado de Mauricio. Pero no obstante, no ha dejado de perseverar esperando que no lo alcance la noche negra de De Narváez el próximo domingo 27.
Giri, fue definido como una veleta, por uno de los acostumbrados frecuentadores de Ricardo Alfonsín. “Emiliano es como Serebrinsky (Tato), con una diferencia él hizo en dos años, lo que Tato hizo en 10”, casi lapidaria la comparación, porque bajó un récord difícil de batir. Sólo le faltó ser K, en este increíble raid, pero hubiera agarrado sin dudarlo, comentan quienes lo siguen desde hace tiempo.
Ahora esa banca de concejal que lograba en las primarias, está bastante más lejos, y paga un alto precio por la práctica de la política patrón, el estilo del diputado nacional, al cual Javier Castrilli ya le sacó tarjeta roja.
Una campaña rara pero no tan curiosa hizo Giri, sin criticar al intendente Gustavo Pulti. Aunque allegados a los pasillos y siempre muy bien informados de lo que ocurre dentro de la MGP, lo incluyen a Giri como operador y gestor de negocios con bienes públicos, como la ex terminal, edificios que se construyen por excepción en estratégicos puntos de la costa y sinuosas adjudicaciones de balnearios concesionados por la intendencia.
“Giri necesita una banca para operar el mismo sus negocios y evitar la intermediación”, agregaron como conclusión carca de su entorno, y fueron más allá, “Si asumiera como concejal no le alcanzarían los cuatros años de sueldos para cubrir su inversión en la campaña”.
Contó con el apoyo y asesoramiento del versátil colaborador de Gabriel Mariotto, el doctor Diego Garciarena. Pero no está claro todavía, si a Giri no le pasará lo mismo que a Reutemann, quedarse sin nafta con la bandera a cuadros a la vista.
Pero Giri debe soportar también que tanto él como Francisco, sean considerados funcionales al kirchnerismo, cuando el 75 % de los ciudadanos ha decidido dejar atrás el modelo K.
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