He pasado este domingo, entre la constricción, la sorpresa y… la bronca.
Hoy a la madrugada falleció el ex Intendente de Mar del Plata Blas Aurelio “Elio” Aprile, un radical de aquellos de “vieja cepa”; los “radicales del siglo pasado”, que mi abuela siendo socialista, siempre me describía como hombres de bien, fuerte ideología y gran compromiso.
Aprile fue secretario de Cultura del intendente Ángel Roig, en 1983, luego concejal y más tarde llegó al gobierno comunal en 1995, donde fue reelecto cuatro años más tarde con casi el 62% de los votos… sí, sí el SESENTA Y DOS. Y según hoy rezan todos los medios locales, en medio de la crisis social y económica del país, renunció al cargo en 2002.
Bien. Aquí surge la primera falacia al menos “por omisión”. En realidad deberían decir que “lo hicieron renunciar en medio de la crisis”, pero no sólo la crisis nacional de la que se agarraron muchos de sus propios correligionarios radicales, entre ellos Daniel Katz quien ocupara su lugar y luego fuera elegido intendente, y el entonces concejal de Acción Marplatense, Gustavo Pulti, hoy actual intendente reelegido, pues entre otros, estos fueron quienes bien recuerdo lo empujaron a dicha renuncia. Entre otras cosas, no sólo se hablaba de su mala gestión, sino de sus supuestos negocios personales con fondos de la comuna, ¿recuerdan la supuesta compra de hoteles en Italia? Los medios no recuerdan eso hoy. Yo sí.
La ciudadanía marplatense, tampoco parece recordar.
No caeré en la subestimación de la inteligencia de los ciudadanos; es muy fácil decir que “la gente es ignorante”, a mí no me gusta cargar de adjetivaciones despectivas al “pueblo”.
Sin embargo me permitiré esta vez generalizar, destacando la “falta de memoria”: Elio Aprile no se transformó en “honesto pos mortem”, siempre lo fue. Claro, aunque durante todo el día de hoy no he dejado de leer y escuchar, comentarios sobre su honorabilidad y sobre lo “buen intendente que fue”. Tanto de dirigentes como de ciudadanos comunes.
La mayoría de todos los que se “rasgan las vestiduras” hablando de sus bondades, no salieron a defender su honorabilidad cuando muchos de sus propios correligionarios fueron los promotores de su renuncia, gestionando una “campaña de desprestigio” que nada tenía que ver con la crisis nacional.
El ciudadano marplatense que hoy habla de su “honorabilidad”, con su silencio en ese momento, con su voto a Katz y luego a Pulti, avaló ese desprestigio.
Lo preocupante y doloroso es que estas “destrezas verbales y de facto” suceden todo el tiempo. Lo de “el Elio” es un ejemplo más.
Seguramente estaré siendo ser injusta con muchos marplatenses, pero me indigna la hipocresía, pues “algunos” mensajes y comunicados parecen más una ironía, producto de la falta de compromiso y el olvido histórico, que sinceros recordatorios. No se sienta todo el mundo tocado y a quién le quepa el sayo que se lo ponga.
Ojalá algún día aprendamos a VALORAR a muchos de nuestros dirigentes políticos no sólo de palabra sino con hechos y en el momento que corresponde. Ojalá nos dejemos de quitar el “poncho del compromiso” echándole siempre “la culpa al Ñato”, diciendo que “son todos iguales” o “qué se vayan todos” y muchas de esas consignas en boga.
Por mi parte, prefiero despedir al profesor Aprile con sincero respeto. Recordando que tuvo muchísimas falencias como intendente, pero reconociendo al hombre político, que aún siendo radical, se comportó con “ética socialista”.
Me siento identificado con su publicación. Trabajé con el Profesor Elio Aprile en 1996/97 en la Campaña LA SALUD VA A LA ESCUELA, de mi autoría y apoyada por la Administración Aprile, especialmente por su Secretario de Calidad de Vida Vicente Fernandez. Lo que Ud expresa coincide con mi pensamiento en forma total, y a pesar de estar totalmente lejos de algún pensamiento o accion del radicalismo, debo entender que el Profesor Aprile hizo una administración prolija, afectada luego por la crisis argentina y por personajes nefastos como los que Ud nombra aunque omitió al principal gestor, Jesus Porrua.
Mi cordial saludo
Totalmente de acuerdo con Gabriela. Han vuelto los hipócritas! Muchos de los que hoy hablan de Elio maravillas fueron los que le dieron la espalda en el peor momento. Pero como él diría: no hay que perder el tiempo en ese tipo de cuestiones. Importa que para mí ha fallecido un amigo, mi profesor, mi mentor… Gracias Elio por tu amistad y por todo lo que aprendí a tu lado.