Mascotas

“Franco, el perro guía”: mirá la carta que se hizo viral y te cuenta cómo tenés que actuar ante un perro lazarillo

En los últimos días se hizo viral en Facebook la “carta” de un perro guía que te enseña en primera persona cómo tenés que tratarlo a él y a su dueño en el caso de cruzarlos en la calle.

“¡Hola! Mi nombre es Franco, soy un perro guía y quiero enseñarte cómo debes actuar cuando te encuentres conmigo asistiendo a mi usuario.” Comienza relatando la carta que obtuvo mucha repercusión en las redes.

La carta

Antes que nada, déjame decirte que soy un perro de trabajo, no una mascota. Cuanto más me ignores, mejor será para nosotros.

Mi comportamiento, así como el trato que se me debe dar es totalmente diferente al de los perros mascota y debo ser respetado en mi doble función de guía y acompañante de mi usuario. Por favor, no me acaricies, ni intentes llamar mi atención cuando me encuentre trabajando. O sea, cuando me veas con el arnés puesto. Si lo haces, puedes distraerme y causar un accidenté a mi usuario (Yo no debo fallar jamás).

No temas estar cerca de mí. Uno de los requisitos para poder ser perro de asistencia es tener un temperamento apacible y equilibrado, por lo que no haré daño sin motivo.

Como petición especial, quisiera que si traes contigo a otro perro, por favor lo controles para evitar que llegue a producirse algún accidente cuando pase a nuestro lado. Si te gusta que tus mascotas salgan a explorar las calles, por favor, nunca olvides tenerlos bajo supervisión y nunca sin correa. Al hacerlo evitarás percances, pero sobre todo me ayudarás a seguir cumpliendo con mi misión por mucho tiempo. El ser atacado podría generarme ciertos miedos y, como sabrás, una de mis mayores virtudes es ser seguro de mí para no dudar en lo que hago.

Por favor, no me ofrezcas ningún tipo de comestible. Yo tengo un horario fijo de comida y mi usuario es el único que puede encargarse de eso.

Si quieres ofrecer tu ayuda a mi usuario, háblale directamente a él y no a mí. Si, por el contrario, él llegara a solicitarte ayuda, acércate por su lado derecho, de modo que yo quede a la izquierda. Mi usuario me ordenará entonces que te siga, o bien te pedirá que le ofrezcas tu brazo izquierdo. En ese caso, me hará una seña para indicarme que estoy temporalmente fuera de servicio.

Nunca de los nuncas toques mi arnés o mi correa, ya que son los instrumentos de comunicación entre la persona a quien asisto y yo.

Estoy acostumbrado a viajar en todo medio de transporte echado a los pies de mi usuario sin causar molestias a los pasajeros. No causaré ningún tipo de accidente, ya que los perros de asistencia tenemos lugares y horarios predeterminados para evacuar nuestros esfínteres. De igual manera, estoy debidamente capacitado para permanecer junto a mi usuario en todo tipo de establecimiento público, como establecimientos de salud, centros comerciales, restaurantes, supermercados, cafeterías, cines, teatros, centros de estudio o trabajo, entre otros. Ten por seguro que no causaré alteración al normal funcionamiento del establecimiento, ni molestias al personal o al público.

Gracias a mi rigurosa capacitación, estoy amparado por la ley para acceder a los lugares a los que mi usuario tenga acceso. Nunca me verás vagando por el recinto a mi libre albedrío, pues soy perro de asistencia y debo estar disponible para cuando se me necesite. Podrás verme durmiendo plácidamente o tranquilamente relajado, pero siempre alerta por si mi usuario me necesita.

¡Agradezco mucho tu interés en conocerme y apoyarme a cumplir con mi misión, que es velar por el bienestar de mi usuario!

¿Te puedo pedir un último favor? ¿Me ayudas a difundir todo esto?

¡Muchas gracias!

Franco, Perro Guía.

Fuente: infocielo

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