“MdP necesita crecimiento y renovación: por eso asumo lleno de ánimo y responsabilidad la propuesta de ser candidato a intendente”, expresaría exultante, a través de su cuenta de twitter, el edil Lucas Fiorini, a pocas horas de tomar estado público su precandidatura a la intendencia por el massismo.
“Sustancialmente las cuestiones que yo hablé, cuando me pidieron hacerme cargo de este desafío, fue que quería hacer una lista de renovación y, por lo tanto, con personas que yo conozco desde hace tiempo y que tienen auténtica vocación política”, declararía por doquier, con júbilo que en el transcurso de la semana, trocaría en incertidumbre y preocupación.
Comenzarían a hacerse sentir las presiones para que cediera espacios en la lista, cuya pureza prístina y virginal sería asediada por compromisos asumidos por el productor teatral, que tras elevarse a la cima de la lista de candidatos a diputados provinciales del FR, le dejaría al edil un presente griego.
Impetrando a Santo Tomas Moro, patrono de los políticos, Fiorini se esforzaría para que sus labios parecieran esbozar una sonrisa, que disimulara la incertidumbre y la intranquilidad.
Amén de las presiones de quienes reclamarían sus reservas en los lugares expectantes de la lista, la competencia planteada por Álvaro Franproyen, el otro aspirante a la candidatura a la intendencia, a quien secunda el avezado dirigente de cuño duhaldista Francisco Arcuri, como precandidato a primer concejal, constituiría una pincelada de exasperación embozada en este cuadro de situación.
Las próximas horas serán decisivas para las aspiraciones del polémico edil renovador, quien bajo la advocación de Santo Tomas Moro, estaría librando una cruzada para mantener inmaculada la pureza prístina y virginal de su “lista de renovación” y desembarazarse, a como dé lugar, de su competidor, a riesgo de caer en el intento…
