Una buena iniciativa de cada Festival Internacional de Cine de Mar del Plata es la puesta en funcionamiento del cinemóvil, que recorre los barrios de la ciudad acercando este fenómeno a la gente. El recorrido se iniciará hoy a las 19 con la proyección del cortometraje Hoy no estoy de Gustavo Tareto y el documental Amando a Maradona de Javier Vázquez.
Las proyecciones se harán simultáneamente en la asociación de fomento del barrio Santa Paula, en la asociación vecinal de fomento General San Martín (Génova 5284) y en el Club Batán (Calle 35 y Colectora). Esta propuesta llega por cortesía del Departamento de Acción Federal del INCAA y la Secretaría de Cultura de la Municipalidad.
En total, tres cinemóviles provenientes de la provincia de Buenos Aires, por gestión del Instituto Cultural, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de la provincia de Entre Ríos, recorrerán, con un cronograma de presentaciones, diferentes barrios de la ciudad, visitando sociedades de fomento y clubes, con variadas y atractivas propuestas cinematográficas gratuitas para toda la familia.
Sobre Amando a Maradona se trata de un documental acerca de la pasión que despierta el ex futbolista Diego Armando Maradona. Recoge curiosidades, como la de un aficionado italiano que tiene todo el cuerpo tatuado con imágenes del astro o un grupo de fanáticos que han fundado lo que llaman la Iglesia maradoniana.
Las aguas bajan turbias
Con la proyección de Las aguas bajan turbias comienza hoy a las 11 en el marco del 25º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, un ciclo diario de proyecciones en la sala A del Centro Cultural Osvaldo Soriano (25 de Mayo 3108). El mismo va con entrada libre y gratuita y está organizado por el Anses.
En esta función, además, se proyectará en primer lugar el cortometraje Sacramento de Tannchen Nicolás, una coproducción argentino-uruguaya realizada en la ciudad de Colonia (Uruguay) en 2008 y posteriormente el film Las aguas bajan turbias con Hugo del Carril y Adriana Benetti, en los roles protagónicos.
El film muestra la explotación de los mensúes en los yerbatales del nordeste argentino, acentuando la necesidad de modificar en el espacio rural las relaciones laborales y familiares perimidas. Los campesinos eran obligados a ir al Litoral a cosechar la yerba mate, eran maltratados, golpeados, insultados por sus capataces y estafados en sus libretas donde se les anotaban sus deudas.
(Fuente: www.fancinema.com.ar)