Reflexionó con tono emotivo la legendaria actriz británica Vanessa Redgrave, acerca de la pérdida de su hija mayor Natasha Richardson hace ocho años tras un accidente de ski, en un tramo de la charla magistral que brindó, este jueves, en la Sala Dauphine del Gran Hotel Provincial, que se vio colmado por un auditorio que siguió con atención la disertación.
Acto seguido, Redgrave, que saltó a la fama en 1961 interpretando a Rosalinda en la obra Como gustéis de la Compañía Real de Shakespeare, deslizó que “alguien debería escribir un libro sobre lo que es ser viejo, porque ser viejo y haber perdido a alguien tan cercano es lo que a uno le empieza a generar un pensamiento mágico”
Aseveró que “veo a las personas que se me acercan, las observo y me doy cuenta que percibo cosas que preferiría no ver”. Agregando: “puedo ver a través de las seis capas, que algunos dicen que tenemos para proteger nuestro mundo interior. Lo cual hace que la vida sea bastante difícil para mí y para la otra persona, que puede no entender por qué le hablo tercamente cuando le estoy diciendo: `Vamos, qué estás esperando, no hay tiempo que perder `.”
La protagonista de más de 140 películas, galardona en dos ocasiones en el Festival de Cannes por sus actuaciones en Morgan (1966) e Isidora (1969), abordó además su trabajo en el cine y su debut como realizadora con su Opera Prima Sea Sorrow. Donde reafirma su compromiso social exponiendo la crisis actual de los refugiados y rememorando también su propia experiencia como «evacuada» de Londres a comienzos de la Segunda Guerra Mundial.
Roberto Latino Rodríguez
Excelente actriz, si debe ser muy difícil perder una hija
Una gran actriz. Experimentó el peor de los dolores….. perdió a su hija.