José Pablo Feinmann estaba que volaba. El filósofo preferido del modelo K, la emprendió contra Marcelo Tinelli por haber recibido el mismo premio que él: “Personalidad destacada de la cultura”.
Dijo también que a este premio, que le entregó la ciudad de Buenos Aires al conductor televisivo “lo voy a devolver. Quiero que esto sea un gesto en el cual se sepa que no se puede premiar la anti cultura, el anti pensamiento, eso no se puede premiar”.
Pero fue más lejos todavía. “Ese programa no tiene nada que ver con la democracia. Democracia es con ciudadanos que sepan valorar la cultura. La gente no tiene que ser idiotizada con eso“.
Uno no sabe que memoria puede llegar a tener José Pablo Feinmann. De los libros parece que se acuerda, del Boletín Oficial, ni noticia. Por eso vamos a recordar algo no muy lejano en el tiempo y que fuera publicada en el mismo. En Octubre de 2012, la presidente Cristina Kirchner nombró, decreto mediante, “Embajadora de la Cultura Popular Argentina”, a Isabel Sarli. La resolución indicaba que la mencionada “es considerada una verdadera representante de la cultura nacional, tanto por sus dotes de actriz, como por estar considerada un ícono popular de su época y una figura emblemática del cine argentino”. Nada se sabe del pensamiento de Feinmann al respecto.
La nota referida a Tinelli señalaba que “El filósofo dejó en claro que él parece estar un escalón arriba de la sociedad y con derecho a decidir qué debe y qué no debe consumir la gente, en este caso, consumos culturales”.
Conclusión, Tinelli NO, Sarli, SI, ya que encarna (“Carne”, película clave de la Coca) perfectamente el modelo.
Pareciera que Feinmann se fue más allá del último escalón de la escalera más alta, tan arriba que quedó fuera de distancia para medir la cultura con coherencia. ¿No lo habrán mandado al espacio con el satélite argentino? Pero, tranquilos, desde allá sabrá iluminar nuestras confundidas mentes.
MIGUEL TOSCANO
Foto: Exitoina