Nuevamente la Cámara que agrupa a laboratorios nacionales y extranjeros que producen medicamentos de venta libre (CAPEMVEL) plantea que la venta de los mismos se realice en cualquier comercio en franca contradicción con las leyes vigentes en la materia.
Es asombroso que esta Cámara de Laboratorios lleve adelante desde hace años una campaña alentando a liberar de controles a los medicamentos de venta libre. Ellos, sus mismos productores, conocen los graves efectos sanitarios que esto traería consigo. Un solo ejemplo: el ibuprofeno, un antiinflamatorio, analgésico, antipirético y antirreumático de uso masivo presenta como una de sus principales interacciones la potenciación peligrosa de la antiagregación plaquetaria y posibilidad de sangrado o ulceración gastroduodenal en pacientes que reciben anticoagulantes.
Este dato -podríamos ofrecer cientos sobre cada uno de los medicamentos de venta libre- es conocido por todos los profesionales de la salud y obviamente por quienes producen los medicamentos. Nos preguntamos, ¿Qué intereses defiende la Asesora Médica de Capemvel Dra. Jimena Worcel cuando propicia la “multiplicación de bocas de expendio”? ¿No conoce la decisión nacional respecto a la trazabilidad de los medicamentos?
Le recordamos a la Dra. Worcel que las farmacias no son una “boca de expendio”, sino un servicio público consagrado por Ley en la provincia de Buenos Aires y que no expenden, sino que dispensan medicamentos todo el año y durante las 24 horas del día por medio del “servicio de turnos”, obligación que también establecen las leyes vigentes.
La comunidad ya conoce la existencia de la mafia de los medicamentos y los esfuerzos que se están llevando adelante para controlarla. Uno de los principales es respetar la cadena de comercialización legal: laboratorios-droguerias-farmacias, la trazabilidad del medicamento y la responsabilidad del Director Técnico Farmacéutico, al frente de un establecimiento habilitado.
Capemvel, en lugar de apoyar esta medida surgida del Ministerio de Salud de la Nación, nos plantea el “autoservicio en farmacias” y la venta de medicamentos en estaciones de servicio e hipermercados, propiciando abiertamente la automedicación e imposibilitando la fiscalización sanitaria.
Por último tengamos en cuenta que el acceso a los medicamentos de venta libre no es un asunto comercial, sino un tema de salud por la que el Estado debe velar. Así lo entendieron la mayoría de las provincias que están regulando en consonancia con la Ley Nacional 26.567 y no a favor de intereses corporativos como los de la cámara de productores de medicamentos de venta libre, quienes argumentan que en Europa se avanza en la desregulación en esta materia.
Los argentinos ya conocemos hasta donde nos han perjudicado las distintas “desregulaciones” y los modelos importados aplicados a nuestro país.
Los farmacéuticos bonaerenses seguiremos apoyando el modelo de farmacia profesional que cuida a sus pacientes, en concordancia con las leyes provinciales y nacionales en materia de medicamentos sin prescripción médica, conocidos como “venta libre”.
En nuestro país y en nuestra provincia venta libre no significa venta liberada.