Retomando su ciclo El cine que no vemos, Diego Menegazzi presenta una de las obras maestras de ese subgénero del horror denominado J-Horror: Kairo, de Kiyoshi Kurosawa. El film será proyectado esta tarde en el Museo del Mar -avenida Colón 1114- a partir de las 18:40.
Dentro de lo que se suele denominar como parte del horror oriental, Kiyoshi Kurosawa es uno de los directores más preocupados por darles un subtexto social antes que metafísico a sus obras. Por supuesto, está el carácter metafísico -al igual que Ringuo Ju-On– a través de visiones fantasmales y figuras perturbadoras, pero siempre hay un contexto social que enriquece su obra notablemente. El director finalmente cristalizaría este subtexto en un auténtico drama social a través de Tokyo Sonata(2008), proyectada en el último Festival Internacional de Cine local.
En Crímenes oscuros (estrenada comercialmente) el director habla del sistema de salud a través de una estructura formal ambiciosa, mientras que en Kairo, que tuvo su desafortunada remake con Pulse (2006), existe un subtexto volcado a la alienación con la tecnología como una singular transición entre la vida y la muerte. Y de fondo aparece la melancólica soledad que forma parte del género, aunque esta vez desde un grupo de universitarios aislados en su vida como internautas, atrapados en una situación increíble.
El relato está centrado en cómo los estudiantes de una universidad japonesa investigan una serie de suicidios conectados a través de una página que promete a sus visitantes la oportunidad de interactuar con los muertos. Detrás de esto hay un secreto que permanece latente y amenaza la vida de nuestros protagonistas.