“Mandrake” era un amigo más allá de un compañero de trabajo. Una persona confiable, solidaria y muchas veces preocupada por el mal momento de cualquier persona, aunque no fuera de su conocimiento.
Fue fotógrafo de playa en la Rambla y luego se desempeñó como reportero gráfico, por 20 años en el Diario El Atlántico. En este difícil momento para su familia, quienes lo conocimos, podemos dar fe de su calidad como esposo y padre.
Quiero recordar dos hechos que nos tocó cubrir juntos, en cumplimiento de nuestra profesión de periodistas: el incendio del Casino Central, al cual entró en medio del humo, a pesar de la enfermedad que sufría en sus pulmones.
El otro hecho fue la captura en Almacén Cobos de Sergio Schoklender, una fría mañana en la cual se le congelaron los dedos en el obturador de su máquina, mientras estaba subido a un acoplado, esperando que la policía sacara al parricida detenido y esposado.
El futbol, el boxeo, el automovilismo, los artistas fueron retratados durante años para cumplir con el diario.
A los 73 años su vida se apagó, la venía luchando contra el EPOC. Mandrake deja a su esposa María Mercedes López y a sus hijos Adrián Emilio y Jessica Daiana.
Sus restos son velados en Pérez Caruso, Jacinto Peralta Ramos 475 y serán trasladados mañana a las 10.00 al Cementerio Parque, siendo posteriormente cremados.