Eran las cuatro de la tarde y el Monumento a los Pescadores, en 12 de Octubre y la Avenida de los Trabajadores, en el puerto de Mar del Plata, lucía casi desierto. De pronto comenzaron a brotar globos negros desde el sur, también del oeste y del norte, y el espacio pasó a ser dominado por el color del luto, con la bandera celeste y blanca, junto con los carteles que piden Justicia y Ningún Hundimiento Más.
A un mes del naufragio del buque pesquero Repunte, familiares de los siete tripulantes desaparecidos y los tres fallecidos, junto a trabajadores y amigos, marcharon este lunes exigiendo respuestas por las calles del puerto.
Esta vez el epicentro no fue Prefectura, la banquina chica ni los muelles donde opera la flota de altura, entre la que sobresalen otros barcos desvencijados de Ostramar en reparaciones eternas.
Este lunes frío pero soleado los familiares decidieron marchar por 12 de Octubre hasta la Sagrada Familia. “Queremos conmemorar, rendir tributo a los tripulantes desaparecidos y a las familias”, avisó Gabriela Sánchez, esta vez con megáfono en mano, para que todos la escucharan.
Antes de salir, cada uno de los familiares que quiso, pudo manifestar lo que sentía a un mes del naufragio. Así, el hermano de Néstor Paganini, pidió que se investigue por qué el barco de Caputo pudo salir a pescar cuando había estado tres años sin navegar y en malas condiciones. “Ha sido una negligencia de la empresa por la que tiene que hacerse responsable”, dijo.
La hermana de Jorge Gaddy confesó que no le servía la corona que le envió el armador del Repunte. “Mi hermano fue a trabajar…”, alcanzó a decir antes de romper en llanto.
Guadalupe, la hija del capitán Sánchez, también lucía conmovida. “Esto es una pesadilla, pero no vamos a bajar los brazos. Voy a seguir de pie para limpiar el nombre de mi papá que quisieron ensuciar”.
La hermana de Fabián Samite, engrasador del Repunte, contó la obsesión de su otro hermano, Eduardo, que sigue buscando por tierra en las costas de Rawson si aparece alguno de los cuerpos junto con los Bomberos de Puerto Pirámides. “Prefectura no hizo lo que tenía que hacer… Vamos a seguir luchando para que esto no vuelva a pasar”, aseguraba.
También estaba la esposa de Ricardo Homs, la sobrina de Marcelo Islas. La hermana del marinero criticó a Prefectura. “Nos tuvo dos horas sin decirnos nada”, dijo y criticó la falta de preparación en la fuerza para manejar situaciones de crisis como esta.
La movilización arrancó por 12 de Octubre con el sol de frente y el ladrido de algunos perros alborotados por los gritos de la manifestación. Gabriela Sánchez, la hermana del capitán, ya había cedido el megáfono. Pesaba mucho pero sobre todo, necesitaba gritar, expulsar tanta bronca contenida.
“Exigimos justicia; el Repunte no estaba en condiciones de navegar… los familiares estamos unidos y exigimos respuestas que no hemos tenido en este tiempo. Que continúe la búsqueda por tierra, asistencia a las familias porque hay casos urgentes que atender y mejorar los controles”, había dicho un rato antes de arrancar.
Los comerciantes de 12 de Octubre salían de los locales. Algunos aplaudían, otros registraban todo con el celular… Desfilaron los nombres de todos los desaparecidos, los nombres de los últimos naufragios, el ya clásico “Repunte-Presente”, “Estado-Ausente”, como una marca que resume dolor, angustia e impotencia.
Algunos allegados iban caminando adelante y avisaban a los automovilistas que frenasen para el paso de la movilización. Cuando llegaron a Edison Gabriela volvió a tomar el megáfono e hizo otro resumen de por qué estaban marchando. “Asesino, Caputo asesino”, se repetía con mayor frecuencia.
En las rejas de la Sagrada Familia dejaron atados los globos negros, como señal de luto y del testimonio de una tragedia que no puede volver a suceder. Una tragedia que no puede quedar impune.
Revista Puerto
Roberto Garrone