La ciudad sufre. La pelea por la sucesión se ha iniciado y no va a salir en revista central. No hay fotos con caras de feliz cumpleaños, los amigos del intendente.
Con el traje a medida en el placard al gobierno municipal, se le ha complicado la entrega de la explotación del sistema de estacionamiento medido, que contiene sus complicaciones debido al rechazo que provoca en general ese servicio. En el bolillero están los tres nombres que se han conocido públicamente.
Y nadie se quiere comprar el problema que extiende el municipio a zonas de libre estacionamiento. La ciudad continúa sin servicio, sin recaudación, descontrolada y desordenada, una combinación que suma más inseguridad a un tránsito caótico, que agota la tolerancia de quienes exigen que el sistema funcione, desde peatones, automovilistas, motociclistas y ciclistas.
¿Cuál es la política del intendente Montenegro o el STM le ganó la pulseada? Esta conclusión es irreversible. Durante varios meses funciona irregularmente
En esta ocasión además de los meros fines recaudatorios que persigue esta gestión, es una nueva demostración de la escasa capacidad de diagramar, sin calidad ni intensidad. Las malas noticias se guardan bajo siete llaves, como una condición de las malas políticas municipales, se reflejan en salud, educación, transporte, inseguridad, turismo etc.
Ya está echada la suerte con el Sindicato de Trabajadores Municipales, y ya no es un eufemismo “matar o morir”. No aparecen soluciones y la política mete la cola en el conflicto como no podía ser de otra manera, ya que aparecen irreconciliables las posiciones entre Gilardi y Zacarías, alineados con el kirchnerismo y el radicalismo, respectivamente. Una interna en el gremio desangrándose.
Montenegro pide entre sus funcionarios – dándoles arengas colectivas – sumarse con creatividad, austeridad y compromiso de convencimiento, consignas difíciles de implementar cuando el estrago es lo único que se exime en estas condiciones.