Por Mex Faliero
Los pitufos (The Smurfs / EE.UU. / 2011 / 86 minutos)
Dirección: Raja Gosnell
Intérpretes: Hank Azaria, Neil Patrick Harris, Jayma Mays, Sofía Vergara, Tim Gunn, Jonathan Winters
Sala y horarios: Cinema Los Gallegos (-3D en castellano- todos los días: 15:05 – 17:20 y 19:35. Sábado y domingo también: 12:50) // Cines del Paseo (-35mm en castellano- todos los días: 16:10 – 18:25 y 20:40. Sábado y domingo también: 13:55) // Cine Ambassador (-35mm en castellano- todos los días: 16:45 y 19:00. Sábado y domingo también: 14:20)
Vino el revival sesentoso, pasó el revival setentoso, y no podía faltar el ochentoso. Uno duda a esta altura si habrá uno noventoso, teniendo en cuenta la pobreza espiritual de esa década. Pero no nos adelantemos. Y en la recuperación de aquel tiempo, comienzan a llegar películas y series que buscan o bien traer de nuevo alguna franquicia o imitar su espíritu. Una película que lo hace por medio del espíritu es Súper 8, pero a los distribuidores poco les ha interesado traerla a la ciudad, aunque esté dirigida por JJ Abrams y producida por Steven Spielberg. Entonces sí nos llegan tres copias de Los pitufos que, se supone, generará el interés de los padres por ver nuevamente sus dibujos preferidos y, en los niños, la curiosidad por descubrir de qué se trata. Lo cierto es que Los pitufos, ya sea por su mínimo interés o porque eran diabólicos (sí, vamos, todos sabemos que aquello fue cierto), sufrieron un gran fuera de campo. Muchos los recuerdan, pero pocas chances hubo de verlos nuevamente en la televisión, ese universo donde se hicieron famosos. Pero Hollywood los recupera del exilio de la memoria y los trae al presente, especialmente por esa necesidad exagerada de rehacer todo lo que en el pasado fue exitoso y, además, por convertir todo al 3D. Atención: es un film animado, pero digital; y se mezcla la animación con la acción en vivo ya que en este caso los pitufos salen de su aldea y llegan a Nueva York. Tras ellos irá el clásico villano Gargamel, que no será un dibujo sino un actor, aunque uno muy talentoso por cierto, como Hank Azaria. Por ahí aparece también Neil Patrick Harris de la serie How i meet your mother, y a uno le dan ganas de que esto sea bueno. Pero cuando vemos que el director es Raja Gosnell, que más que carrera tiene prontuario, se nos van las mínimas expectativas. Los pitufos, con su universo que ha tenido múltiples lecturas (sexuales, ideológicas) vuelven pero en versión naif y apuntada a los niños. Como que en Mar del Plata tendremos tres copias, todas dobladas al castellano.
El mundo según Barney (Barney’s Version / Canadá / 2010 / 134 minutos)
Dirección: Richard J. Lewis
Intérpretes: Paul Giamatti, Rosamund Pike, Dustin Hoffman, Scott Speedman, Minnie Driver, Bruce Greenwood, Rachelle Lefevre, Mark Addy, Saul Rubinek, Jake Hoffman, Maury Chaykin, Anna Hopkins
Sala y horarios: Cines del Paseo (-35mm subtitulado- todos los días: 19:10 y 21:55. Sábado también: 00:40)
Casi podría ser un biopic, pero no, el Barney del título es un personaje de la ficción. Sabrán, si vieron el trailer (que duraba casi tanto como la película y mostraba demasiado), que este film canadiense es el recorrido por la vida del Barney anteriormente mencionado, sus matrimonios, el vínculo con su padre, sus amores frustrados o no. Una vida, con todo lo emocional que tiene, con lo cómico y lo dramático, y con lo cómicamente dramático y lo dramáticamente cómico. El protagonista es un hombre que ha tenido cierto éxito económico, pero que para lograrlo ha tomado algunas decisiones equivocadas. Alguien lo sabe y va a contarlo. Barney tendrá que defenderse. En su paso por diversos festivales, muchos han rescatado el nivel de las actuaciones pero también han señalado la insistencia del film por caer alternadamente en el drama y la comedia, y en ser las dos cosas un poco descaradamente para hacer reír y hacer llorar. Si también trabaja sobre la mediocridad del hombre actual, una buena decisión del film ha sido confiar el protagónico a Paul Giamatti, uno de esos actores que hacen del tipo común un ser bastante patético, y que logra comprometernos en sus peripecias un poco ridículas. Para los fanáticos de las películas de actores, El mundo según Barney puede ser una buena opción.
Güelcom (Idem / Argentina / 2011 / 105 minutos)
Dirección: Yago Blanco
Intérpretes: Gustavo Garzón, Eugenia Guerty, Maju Lozano, Mariano Martínez, Peto Menahem, Gonzalo Suárez, Chema Tena, Eugenia Tobal, Ana Yovino
Sala y horarios: Cine Ambassador (-35mm en castellano- todos los días: 18:15 – 20:30 y 22:45. Sábado también: 01:15. La función de 20:30 del jueves 4 no se proyectará. En su lugar irá Cars 2 a las 20:50)
Entre los pocos géneros que el cine nacional ha ido trabajando en los últimos años, seguramente el más experimentado sea el de la comedia romántica. Ya sea porque es el más “fácil” de hacer (suponen los genios de la industria, obvio), porque convoca un público amplio, porque se cree que con poner al galancito de la tele alcanza. Bien, en la mayoría de los casos esta gente nunca vio La adorable revoltosa y no saben que existió gente como Katherine Hepburn o Cary Grant. Entonces las hacen mal. Hay veces que no, y salen cosas muy logradas como Música en espera, por ejemplo. Pero, claro, a esa no le va muy bien en taquilla y la gente termina llenando los cines para ver bochornos como Un novio para mi mujer. En fin, Güelcom pretende trabajar la cuerda del rematrimonio (esperemos que bien), con una pareja que se distancia cuando la chica se quiere ir a España y él no, y a la vuelta de ella, lo hace con novio extranjero. De cómo el abandonado ex argento consigue el interés de la chica nuevamente, se tratará el asunto. Eugenia Tobal parece tener el carisma y la belleza para este tipo de personajes, y por ahí las cosas apuntan bien. El asunto es que el coprotagonista es Mariano Martínez, y las cosas (desde el prejuicio) parecen desbarrancarse. La comedia romántica, y más en su veta de rematrimonio, precisa de buen ritmo e inteligencia en la resolución. Veremos si el director Yago Blanco posee las condiciones para sobresalir en el género o, por el contrario, es otro más de los pésimos ejemplos locales.
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