Será una noche de gran calidad, como siempre. Reconocida a nivel popular al impulso que le dieron artistas de la talla de Fito Páez, la entrerriana Liliana Herrero se ha convertido en una de las voces más destacadas del folklore nacional. Esta noche a las 21:30 brindará otro concierto de nivel en el Teatro Auditórium -Boulevard Marítimo 2280-.
Para esta cantante y docente de filosofía, no hay grandes diferencias entre una baguala y un libro de metafísica: “todos son textos que permiten interrogarnos acerca de un legado cultural y a los que hay que hacer estallar”, dice. Con ese aire de docencia, Herrero ha sabido fusionar melodías mesopotámicas con sonidos y arreglos provenientes del rock y el jazz.
“Entre otras músicas que mi padre me enseñó, estaba el folklore como algo fundamental, aunque también la música clásica, el jazz y los Beatles. Del folklore aprendí fundamentalmente a Yupanqui, que en más de una oportunidad estuvo en Villaguay y en mi casa. Más tarde comprendí que Atahualpa nos invita a pensar en el silencio”, relata la cantante.
Herrero es música y licenciada en filosofía. Y es esa dualidad la que le otorga una carga mayor a su arte. Un espesor diferente. “Mi acercamiento al folklore vino acompañado de la literatura como la de Juan L. Ortiz, ese poeta que había desentrañado el enigma del río. Como para los entrerrianos la patria es el agua, como decía Linares Cardozo, vi en esa escritura zigzagueante de Ortiz un mundo a interpretar”.
Esa escritura es la que ahora la cantante prolonga con su voz. Y que logra extender hacia otros oídos, otros espacios que, tal vez curiosos como ella, mantengan viva la memoria de un pueblo.