Una mezcla de seducción y demagogia, no es suficiente para hacer decidir bajo condicionamientos. Con cero de autocrítica, con un para nada gesto inocente de “Yo no me fui a la B” en la cancha de Boca, se coloca supra cualquier intento de evaluar una gestión, que deja bastante que desear actualmente. Pero se lo permite la inmunidad que le dan los hinchas, que no analizan en profundidad a este técnico mediocre (y soy generoso) que tuvo la suerte de manejar planteles ricos de River en los ´90.
En América de México fue destituido con un 90 % de los hinchas con opinión desfavorable, casi lleva a la quiebra a uno de los clubes más poderosos. Tuvo su cuota parte en el descenso de Independiente y en San Lorenzo le dieron salida. En Inglaterra compró un club y se tuvo que ir, porque fracasó.
Ahora pierde y cree que lo arregla todo pidiendo perdón, cuando hizo un verdadero papelón con Lanús, vergonzoso. Eliminado de la Copa Argentina, por un equipo de tercera categoría, quedando al margen de la pelea por un lugar en la Copa Libertadores y de una pérdida de un premio millonario. Lo perdió River no lo ganó Newell´s el torneo que acaba de finalizar. La formación y al esquema de juego lo fue variando fecha tras fecha. A cinco partidos del final dijo que había que ganar todo, cuando es una obligación desde el primer partido.
Pero Ramón Díaz no es Carlos Bianchi. El DT de Boca dice que se va sino consigue resultados, es respetuoso, tiene vergüenza, es desprendido, grande de verdad. Díaz rechaza ofertas del exterior porque dice que se quiere quedar muchos años en River. Es la suya una expresión de deseos, pero no una propuesta del club. Ahora sale con el tema de los refuerzos y de alguna manera usa una frase cuasi extorsiva, hacia las autoridades, para que él salga campeón. No porque privilegie los intereses del club.
Bianchi le dio lustre a Boca, e internacionalmente hizo la gran diferencia con River, precisamente ganando lo que el actual técnico no pudo hacer. Ramón Díaz no es el técnico adecuado, ha encontrado su quinta merced a un manejo populista, que se identifica y se asocia con el canto anónimo de miles de hinchas en las tribunas.
Ramón Díaz es un técnico mediocre, de un chamuyo insoportable, poco serio. Pero es necesario que el hincha que lo respalda lo audite con mayor severidad y rigurosidad, no es posible que no pague los costos de sus errores, y siga impasible sin hacerse cargo de nada. Tampoco es saludable, que la institución se endeude con compras que luego dejan hipotecado al club y cuyas consecuencias ya sufrimos, como pasó con Aguilar. River necesita un técnico del perfil de Manuel Pellegrini, que lamentablemente se tuvo que ir del club porque perdió un partido con Boca.
Jorge Elías Gómez
jgomez@mdphoy.com