El sábado 21 de octubre a las 21 hs., Montserrath Oteguí subirá al escenario de la sala Payró del Teatro Auditorium. Será la última oportunidad para presenciar “EROTAI”; un espectáculo de danza que elige el amor como tema central y resume así el camino de sus diez años de autogestión y apuesta artística.
“Un sueño, una despedida y una razón es el lema que me inspira. Porque esta vez bailamos para Valentina Facal. Ella es una niña con un sueño precioso”, afirma Montserrath. Valentina ha ganado una beca para continuar su perfeccionamiento en una de las mejores escuelas de danza de Estados Unidos y para contribuir con su formación lo recaudado por la compañía le será donado. “Esperamos que el público nos acompañe. Nuestro mensaje siempre fue que el arte es un gran instrumento para destacar valores y creemos en los jóvenes talentos que con pasión se entregan a esta dedicada carrera”.
Inspirada en textos de Platón y Aristóteles, EROTAI es poesía hecha danza; la obra remite a todos los cuestionamientos que el ser humano se hace a lo largo de su vida, dudas en las que siempre ronda el amor en todas sus variantes. Cristian Antún, María Luisa Méndez Casariego, Franco Montes de Oca, Florencia Morcia, Ángeles Pagella y María del Mar Videla acompañan a la coreógrafa en escena. Juntos recorren una variada selección musical de distintos países que culmina con una composición original de Oteguí, su hermano Leonardo y el músico Raúl Bao. Catorce cuadros con un destacado vestuario confeccionado por Olga Saidán y el diseño de luces de Gustavo Martincic que potencia el trabajo interpretativo logrado sobre el escenario. Además, Sergio Morale, a cargo de la producción ejecutiva, complementa el trabajo de la compañía como asistente de dirección.
Desde el año 2006, Oteguí dio vida a variadas producciones sobre la divinidad, la creación, la verdad, el amor y la imaginación, entre otros. Uno de los intereses principales de la artista fue la poética (de su autoría) en cada una de sus obras, porque su propuesta ha sido siempre lograr trascender la belleza de la danza y lo espectacular de su técnica mediante un mensaje que conmueva al espectador y lo invite a pensar sobre temáticas que se adentran en el alma humana.