La derrota por 2 a 1 ante Rosario Central no opacó esta noche inolvidable. Marcelo Gallardo dirigió su último partido en River en el estadio Monumental y luego del encuentro dio un emotivo discurso para los más de 70 mil fanáticos que se acercaron para agradecerle por este exitoso ciclo de ocho años.
Luego del pitazo final del árbitro Fernando Echenique, el Muñeco se abrazó uno a uno con sus dirigidos y se puso a disfrutar del homenaje que preparó el club: colocaron sobre la mitad de la cancha todas las copas y se vieron por la pantalla gigante los momentos más destacados de su era. Ahí, no pudo evitar las lágrimas.
-”Solo quiero agradecer. Es lo único que tengo para hacer. Mi vínculo por River viene de toda la vida. Tengo muchos recuerdos encima. Demasiado fue el camino recorrido y quiero empezar recordando en este día de la madre a la mujer que me dio la vida, que seguramente estará muy orgullosa, sentada en algún lugar de privilegio en el cielo”.
-”Feliz día a todas las madres en su día. A la mía la recuerdo con mucho cariño, mucho amor. Era la que esperaba que volviera de cada entrenamiento cuando era chiquito, me abrazaba, me acompañaba a todos lados. Hasta el día que se fue, ella se sentaba en la platea y me esperaba en el vestuario para darme un abrazo. Gracias vieja por haber dado la vida”.
-”Gracias a mi familia, que me sostuvo en todo este tiempo. Gracias a todo mi equipo de trabajo: lo valoro, lo respeto y los quiero”.
-”Gracias jugadores. Pasaron muchos en este tiempo. Son los verdaderos protagonistas de lo que nosotros podamos trabajar. No tengo más palabra de agradecimiento de cada jugador que ha tenido la grandeza de vestir esta camiseta, entregarse al máximo en cada entrenamiento”.
-”River me enseñó que se trata de una forma de vivir, de ser, de respetar. Nos ha tocado ganar, han sido cosas hermosas e imborrables, pero también nos ha tocado perder… y en la derrota me he sentido más orgulloso. La vida tiene eso que te da de enseñanza, que te permite ser humano para equivocarte y tener más fuerza para seguir. Nosotros fuimos eso, un equipo de compañeros, un equipo de trabajo… y hemos sido una gran familia. Una familia que se desvivía por vivir cada momento y eso es increíble”.
-”Gracias a la dirigencia porque creyó en mí, me respaldó y me acompañó. En ocho años y medio estuvieron siempre a mi lado. A Enzo Francescoli por ser la persona que me brindó esta posibilidad, confió y acompañó de una manera increíble, sin egos… con deseo de que nos vaya bien y disfrutar los triunfos como si fueran propios. Eso no se encuentra en muchos lados”.
-”Gracias a ustedes, que desde hace más de ocho años me hacen sentir de una manera especial. Gracias por cada homenaje al entrar a este campo, a este estadio. Gracias por brindarme su corazón, los voy a extrañar mucho”.
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