Lo que se está imponiendo es una purga política. La viven en todos los estamentos políticos.
General Pueyrredon usado como botín político estaba en el GPS del intendente Montenegro. Su paso por el PRO estaba en la cuenta regresiva. Aportes duales, apelando a dobles mensajes se incorpora a un nuevo armado.
El intendente marplatense no es bienvenido en el orden local. No es un referente para el paladar negro de Karina Milei, Sebastián Pareja, y mucho menos de Alejandro Carrancio, quien aborrece a Montenegro, están en las antípodas. En LLA saben muy bien que el hombre del INPROTUR rechaza en todas las formas posibles al intendente.
Y públicamente lo hizo conocer a través de las fotomultas y licitar el servicio público de pasajeros. Descargó munición gruesa Carrancio y éste ya ha dejado trascender que sus aspiraciones es ser candidato a intendente para suceder a Montenegro. Sólo resta cumplir con las agendas electorales según se determine en 2025 en provincia y sus 135 municipios.
La defunción del modelo virtuoso y exitoso de JxC que sirvió para ganar en 2019 y 2023 ya ha sido desarticulado. Salvo que la UCR y la CC se sumen al tren de la LLA, bastante improbable. LLA y el PRO han capitalizado el espacio de desterrar al kirchnerismo del poder político en todo el país. Ya lo hicieron en la nación y ahora van por las provincias y las municipalidades.
No hay otra lectura. A Montenegro lo están pasando por el escáner entre LLA orgánica y los apéndices de Milei que disfrutan de introducirse en los errores de gestión en la MGP. Escasa, de baja intensidad y calidad. El presupuesto de 2025 que se está aprobando en el HCD con la mayoría propia oficialista, es la llave para la campaña política de Montenegro.
Los agujeros negros existen en el estacionamiento medido, las fotomultas, el recupero de deuda, la explotación de publicidad pública y la designación de tres jueces de faltas, dada la subrrogancia que reina y perdura en esos tribunales excluyentes para la MGP.
No es necesario ser un ortodoxo para deducir que la administración municipal es un organigrama vacío, que no tiene capacidad de reacción frente a los problemas. A Juntos por el Cambio lo tienen contra su arco. Le dará la talla al PRO, la UCR y la CC para recomponer un poder que ya huele a rancio, está descompuesto.
La inestabilidad de Cúneo Libarona en el Ministerio de Justicia de la Nación es la perla que persigue Montenegro, quien ya llegó a la intendencia marplatense como un faro político en su aspiración a suceder a Kicillof en La Plata. Con destrato o maltrato de LLA, al intendente del PRO no le alcanza con Mar del Plata. Hoy la catarsis de los vecinos pasa por los desaciertos y ausencias de su gabinete en todos los barrios marplatenses. Está de salida y deberá negociar su alejamiento. Su poder político se esfumó
No hay demasiada preocupación por el futuro de Montenegro. Acaban de armar con su beneplácito político una asociación civil para armar el arco de festejos del aniversario de Mar del Plata. Un dibujo que debe insertarse institucionalmente.
La lectura correcta y lineal es que no existen recursos para organizar una fiesta aniversario. ¿Cuál es el precio y quiénes son los beneficiados? Es todo manejo de recursos públicos, de cuya renuencia a manejos correctos hay demostraciones acabadas en los seis últimos años desde diciembre de 2019 a la fecha.
Ya no queda nada. El ensayo de subsistencia política ya tiene otros horizontes. Para LLA es impostergable la salida de Montenegro de la MGP, sería más motosierra y guillotina según la modalidad anímica que aplique el presidente Milei.
Siempre necesita alguna operación para despejar las crecientes dudas existentes, sobre la marcha de la economía real con escasos atisbos de la macroeconomía fanática del presidente de la Nación.
En la vereda de enfrente tienen lo suyo. Y será tema de los próximos días. La dispersión abunda y nadie la tiene atada. CFK, Kicillof, Massa y los bolsones de poder que aún restan en el peronismo están metidos en un debate, no exento de dramatismo como el que le tocó vivir a Kicillof justamente en Mar del Plata, el pago que gobierna Montenegro. De mal en peor, andar a las hurtadillas por la ciudad que no deja de sumar fracasos electorales. Todo un réquiem político.