Fue un verdadero partidazo el que protagonizaron Tristán Suárez y Alvarado por la fecha 4 de la Primera Nacional, pero ambos sumaron el cuarto empate consecutivo en el inicio del campeonato. Fue 3-3 con malos y buenos momentos del equipo de Mar del Plata, pero fue merecido que repartan unidades.
Como dato positivo, hubo una buena actuación de Matías Rodríguez y además, Facundo Pons pudo hacer una buena tarea también como delantero central. La mala es que volvió a sufrir muchas situaciones de gol en contra.
Los primeros minutos fueron absolutamente vacíos. Los dos hacían sus intentos a través de la presión del local a la salida siempre por bajo del equipo de Coyette. Ninguno de los dos llegó a patear al arco. De una jugada aislada, una innecesaria mano de Chávez cerca del área terminó en un tiro libre. Lo ejecutó Melillo al borde del área grande y Muller apareció casi en soledad para ponerle el pie al balón venciendo la resistencia de Fernández. Nadie había hecho méritos, pero Tristán Suárez estaba en ventaja.
Esa búsqueda de la salida por bajo, era un generador de situaciones de gol para el rival porque no tenía precisión para hacerlo si no era con un pelotazo. Los locales presionaban bien, recuperaban y tenían oportunidades. Oyola tuvo un remate franco por bajo que se fue apenas desviado, en un córner ganó de nuevo Muller y el cabezazo se fue cerca.
En la primera media hora no pudo tener un remate franco al arco el equipo marplatense. Con Menéndez y, sobre todo, con Sánchez tuvo que hacer ancho el ataque y se repitió en centros que no fueron lo suficientemente precisos. Por dentro no encontraba juego asociado tampoco y por momentos, también la perdía rápido.
Sobre la media hora de juego, llegó la más clara. El local perdió a Tecilla en un centro desde la derecha de Matías Rodríguez que estaba ganando espaldas en ese lugar y en la siguiente jugada Chávez entró vacío y definió arriba. Correa tuvo una gran atajada a puro reflejo para sacarla al córner.
Los marplatenses habían mejorado con el balón y en la precisión sobre todo en campo rival. La movilidad de “Coquito” Rodríguez por derecha era clave, las subidas de Sánchez y la presencia de Pons pivoteando o entre los centrales, inquietaba. Eran buenos síntomas para buscar el empate en el complemento.
El segundo tiempo no empezó bien. Otra vez la salida por bajo le trajo problemas. Un mal pase de Robledo, le dejó la pelota a Aquino y todo lo hicieron rápido. La cedió para Oyola que de primera habilitó a Messiniti. El 9 definió al palo más lejano de Fernández para el 2-0 que era un duro golpe para los de Coyette.
Acto seguido, Nazareno Solís sufrió una lesión muscular y tuvo que entrar Leandro Vella para ocupar su lugar. Como no conseguía situaciones de gol, Coyette mandó a la cancha a Ramis armando el doble 9 con Pons pero el descuento llegó con una buena jugada del ingresado Vella que arrastró marcas para dejarle el espacio a “Coquito” Rodríguez. El ex Chacarita le pegó con el pie bien abierto y la colocó cerca del palo, lejos del alcance de Correa. Oportuno descuento.
El semblante de “Alva” cambió y empezó a jugar como su entrenador pretende con un gran trabajo de Matías Rodríguez que era el líder de cada ofensiva. Por poco no llega al empate con un centro atrás de Pons que no pudieron empujar y cuando la recibió Sánchez, la tiró por arriba del travesaño.
En la pelota parada encontró la respuesta que buscaba cuando el partido se estaba poniendo muy caliente con alguna pierna fuerte de más. A los 25 minutos, un córner al corazón del área fue cabeceado por Alan Robledo que saltó más que el resto y cabeceó al palo del que venía el centro para poner el 2-2.
Era todo del equipo marplatense en ese momento. Había ganado en confianza y el local había acusado el golpe del empate. El buen ingreso de Vella se completó con el gol del triunfo. La aguantó Pons a quien le hicieron infracción, cuando la tomó Ramis quedó de frente al arco y solo llegó Vella por izquierda para definir al segundo palo para el 3-2.
La confianza lo era todo. Facundo Pons hizo una jugada muy buena por derecha y casi sin ángulo definió fuerte arriba, pero la pelota pegó en el travesaño. Tristán Suárez y no tenía claridad en sus ataques y solo le quedaba voluntad.
Entre Ledesma y Mattia le regalaron el empate al local. Un despeje que rebotó en el compañero le dejó la pelota a Barreto que solo tuvo que ponerle el pie para empatarlo de nuevo. Lo que quedó fue lucha de ambos lados. La más clara fue de Messiniti que quedó de frente a Fernández pero el arquero llegó a achicar para evitar el cuarto. También tuvo que intervenir cuando Molina quedó cara a cara con el número uno.
Pudo haberlo perdido también, pero se trae otro punto en el cuarto empate consecutivo para los de nuestra ciudad y algunos síntomas de mejoría.
Fuente: www.marcadeportiva.com