Regresar a Mar del Plata siempre es una alegría para Oscar Sánchez. Aprovecha para estar con su familia, amigos, y poder ver jugar a su hijo Alejo en Peñarol. Una ciudad que lo recuerda muy bien por su pasado en Quilmes, una ciudad importante en sus 26 años como DT.
Pero desde aquel 20 de diciembre pasado, cuando fue confirmado como técnico de Atenas, hasta la fecha, el hombre de Bahía Blanca cambió de ánimos. Primero la efervescencia de volver a dirigir a un club tan prestigioso como el Griego (donde consiguió el campeonato en la temporada 2002/03) y luego las preocupaciones por algunas lesiones que sacudieron al plantel (Ferrini, Lo Grippo y ahora Figueroa y Cantero). Igualmente, la confianza nunca la perdió y hasta se animó a declarar que “vine al InterLigas con el propósito de ver a un posible rival en la final de la LNB”. Aunque pronuncie que esté preocupado.
mdphoy.com accedió a charlar mano a mano con Huevo en las instalaciones del hotel donde se hospedaba junto al resto del plantel y sin pudor contestó cuanta pregunta se le hizo. Se mostró incómodo al tener que enfrentar a su hijo Alejo (jugador de Peñarol) y al respecto dijo que “le pedí a Sergio Hernández que no lo incluya en el partido”. Sincero y concreto. A continuación lo más fructífero de la nota que duró poquito más de 20 minutos. Una entrevista con frases concretas y contundentes.
-¿Con qué mentalidad vino a jugar el InterLigas?
-Yo vine a jugar el torneo con todo respeto pero tenía escrito los minutos que le iba a dar a cada jugador. Iban a ser 20 o 22 para cada uno. Hice todo lo que programe menos Cantero. Después te da bronca porque cuando estás ahí uno quiere ganar. A los mismos dirigentes no les interesaba que yo ponga a los jugadores más importantes. No me pusieron presiones para ganar. Es más, me dijeron que si quería jugar con los pibes que no había problemas.
-Primero no estaba muy de acuerdo con la realización de la competencia y después, en la presentación del torneo, aclaró que lo venía a jugar seriamente. ¿Dudó en la planificación de los partidos?
-Fue difícil. Hoy (por el sábado) jugamos con Peñarol y no miramos videos. No preparamos ningún partido porque nosotros tenemos que pensar en nuestro estilo de juego. En el Play-offs yo ya se cuanto calza David Jackson (jugador de La Unión de Formosa), por ejemplo. Lo que pasa es la cabeza no está es esta competencia y uno indirectamente tampoco la pone acá. Estamos todos fuera de esta competencia. Hablé con Sebastián Ginóbili (Libertad de Sunchales) y me dijo que tampoco pensaban en este torneo, no querían ni jugarlo. Y te vuelvo a repetir que es difícil porque no hacemos ni una cosa ni la otra.
-Igualmente, en el caso de una final hipotética con Peñarol, ¿Le sirve para conocer más a un próximo rival?
-Vine con ese propósito. Jugar con el equipo completo y ver donde estábamos parado. El hecho que rote a los jugadores no significa que juego a perder.
-¿Con que cree que se puede encontrar, luego del InterLigas, en los cuartos de final de la LNB?
-Va a ser muy distinto. Honestamente estoy bastante preocupado porque veníamos en el mejor momento y la lesión del jugador que menos se tiene que lesionar, que es Juan Pablo Figueroa, me preocupa bastante. No contar con él es tener un base y un escolta menos. No es sencillo para nada. Juampi es nuestro mejor defensor del perímetro y el que nos da mucha paz en ofensiva.
-¿Cómo es la situación de Figueroa?
-Lo que tiene Juan pablo es una lesión muy traicionera. Fascitis plantar se llama y te duele de una manera terrible por momentos. Juampi es un jugador que no se lesiona jamás y no nunca dice nada.
-¿Hay un plan B en el caso que se prolongue la lesión de Figueroa?
-En ese caso habrá que buscar un recambio. Eso mismo lo hablé con el médico. Pero no lo quiero pensar, sería terrible.
-¿Qué se ganó con el reemplazo de Albert White por Andre Laws?
-Se ganó que pudimos clasificar segundo en la LNB. Sin White no pudiéramos haber estado segundo porque estábamos sin Lo Grippo, sin Ferrini. Hubiera sido imposible. Fue terrible esa seguidilla de ausencias.
Manu Ginóbili y la Selección
-¿Cómo tomó la determinación de no jugar el mundial de Turquía?
-Es comprensible, Emanuel se desvivió por la Selección. Gregg Popovich y San Antonio Spurs ya no querían saber nada de que faltase un mes en el equipo, le paguen 10 millones de dólares y encima regresara lesionado. Ya no podía hacer las dos cosas juntas. Era una cosa o la otra. Un 70% de su carrera la hizo con la Selección.
-La Selección va a ser competitiva, no igual. Y cada vez va a ser menos. Scola no es bueno, es buenísimo. Delfino es buen jugador, no es Manu. Prigioni es bueno. Oberto ha decrecido porque no tuvo minutos en cancha y eso se paga, al igual que Nocioni, pero siempre van al frente.
En un momento, la charla cambió de rumbo y arribó a un tema particular: Alejo Sánchez, jugador de Peñarol e hijo de Huevo.
-¿El tener que enfrentar a su hijo le resulta una situación incómoda?
-No es una situación esperada, jamás pensé que iba a pasar esto. Honestamente no quiero que él pase malos momentos. Por eso hablé con Sergio Hernández hace un tiempo para que evite ponerlo en el equipo cuando enfrente a Atenas. Hoy (por el sábado) está para jugar pero es un torneo relativo, que tiene otra importancia. Ante un posible enfrentamiento no quiero que esté porque es mi hijo y no quiero ponerlo en compromiso a él. Quiero que no sufra, nada más que eso. Aunque me pone muy feliz que esté en manos de Oveja, que entrene al máximo nivel con Kyle Lamonte en las prácticas, o con Tato (Sebastián Rodríguez), que le hagan una cortina fuerte. Pero claro, le faltan muchas cosas todavía.
-¿Hubo algunas chicanas con referencia a ese partido?
-¡No! Alejo es una tumba, es muy serio. El hermano le dice pecho frío y no responde. Es un chico muy callado, muy tímido, me cuesta darle un beso, que me cuente algo. Jamás. En cambio, yo le digo basta con las pesas y que agarre más la pelota. Yo creo que él es base y no tiene que ocultarse a un costado de la cancha, pasar desapercibido. El puede marcar a cualquiera para mí pero no puede atacar sin ser tan tímido, sin ser protagonista.
-¿Entonces cual es el potencial que le ve a futuro?
-Alejo sabe mucho de básquet y es un chico que está al tanto de todo, es muy observador. Además, es muy crítico con el mismo. Si falla un tiro enseguida dice que no puede jugar más al básquet. Entonces le digo que estudie (risas). Para colmo es el que más facilidades tiene de los tres (Mariano y Victoria son sus dos otros hijos). Alejo en las finales de los juveniles tiraba muy bien de tres puntos y yo entiendo que juega en Peñarol y cuando entra tiene la tarea de marcar pero lo que yo quiero es que transmita algo, que sea más expresivo con la pelota y con él. Pero es fuerte, se la banca y no va a arrugar. Tranquilamente puede defender a un base, escolta o alero.
Por Maxi Ibáñez
maxiba@mdphoy.com