La presidente, Cristina Kirchner, presentó en la tarde de hoy el proyecto “Pampa Azul”, que se plantea profundizar la investigación científica del Mar Argentino con los recursos pesqueros como uno de sus ejes.
El acto se realizó se realizó en el “Salón de las Mujeres Argentinas” de Casa Rosada; aunque por videoconferencia integró a la Base Naval de Mar del Plata, donde se encuentra amarrado el buque oceanográfico “Puerto Deseado”.
Desde la ciudad, sus interlocutores fueron el intendente, Gustavo Pulti; el presidente del CONICET, Roberto Salvarezza, y la directora del CENPAT, Mirta Lewis.
“El desarrollo de la investigación es fundamental para proteger el trabajo de todos los marplatenses”, expuso Pulti desde la cubierta del buque, que arribó el pasado 12 de abril de una campaña.
Además, en el contacto con la presidenta, el intendente hizo mención al retiro de los buques hundidos del puerto local y a los trabajos en marcha para dragar los canales de acceso a la terminal. “La draga está trabajando a metros de aquí”, señaló.
En tanto, Cristina puso de relieve la importancia de “Pampa Azul”: “Se calcula que no va a haber comida suficiente en la tierra para las próximas décadas, por eso es tan importante buscarlos en el mar (…) Este es un proyecto muy ambicioso que forma parte de una política de Estado, porque en el mar está ´la´ riqueza alimentaria”, dijo.
En ese marco, además, se refirió al interés que despierta la milla 201 para las flotas extranjeras. “Se pueden ver ciudades flotantes allí”, señaló en referencia al posicionamiento de la flota potera en esta época del año.
La iniciativa de investigación, vale recordarlo, tiene seis áreas estratégicas sobre las que se comenzaron los estudios: Estuario del Río de la Plata, Banco Namuncurá – Burdwood, Agujero Azul en el talud continental, Golfo San Jorge y zonas marinas sub-antárticas, que incluyen a las Islas Georgias del Sur y Sándwich del Sur.
Desde el Gobierno consideran que el trabajo contribuirá a profundizar el conocimiento científico como fundamento para las políticas de conservación y manejo de los recursos; aunque se plantean algunas dudas. Por caso, los barcos de investigación deberían renovarse de cara a la optimización de la tarea.
Los fundamentos del mismo proyecto reconocen que debido a restricciones de infraestructura operacional (en particular, de barcos de investigación adecuados), las actividades de investigación en los frentes oceánicos han sido limitadas en los últimos años.
Otros de los objetivos son monitorear el impacto del cambio climático y respaldar con información y presencia científica la soberanía de nuestro país en el área del Atlántico Sur a partir de la disputa de soberanía con el Reino Unido en torno a las Islas Malvinas.
“Es la primera vez en la historia en la que se desarrollará una política nacional de investigaciones a largo plazo (10 años) con la participación de diversos organismos: Conicet, Inidep, diferentes universidades nacionales, el Servicio de Hidrografía Naval y Prefectura, entre otros”, lanzan desde los despachos oficiales.
El desafío que viene es unificar la dispersión de la información disponible. Las distintas instituciones vinculadas al mar cuentan con bases de datos que en muchos casos resumen décadas de trabajo, pero la gestión no se halla unificada y también son de difícil acceso.
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