Los obreros del frigorífico perteneciente al empresario chino Ho hace más de 80 días que mantienen la toma de la planta ante la falta de respuesta a sus demandas de reactivación. Testimonios escalofriantes de la crisis en primera persona.
Muchos de los 118 obreros que mantienen desde el 22 de mayo pasado la ocupación del frigorífico Arhehpez irán este jueves a rezarle a San Cayetano para pedirle por la continuidad de las fuentes laborales. La parroquia queda a pocas cuadras de Champagnat y Rivadavia, la sede de la planta, y bien vale la caminata para que el santo del trabajo atienda las peticiones colectivas.
Después de más de 80 días desde que la masa obrera decidió tomar la planta, la incertidumbre que rodea a los fileteros, envasadoras y peones se mantiene. Cuando REVISTA PUERTO llegó al comedor de la planta baja, había más de cincuenta personas.
Leonardo Expósito, integrante de la Comisión Directiva del SOIP, acababa de terminar la reunión informativa en que contó las pocas últimas novedades. Ho sigue sin aparecer y el empresario que puede hacerse cargo, no ofrece garantías de continuar la relación laboral todo el año”, explicó el dirigente.
Según contaron un par de obreros –otro grupo se molestó con la presencia de este medio, aduciendo que su nombre o foto le ocasionaría problemas a futuro para reinsertarse en el mercado laboral- el empresario interesado en gestionar la empresa no es otro que Ricardo Trama, con un rol protagónico en General Lavalle en la zafra de corvina.
Pero el empresario tiene varios obstáculos para terminar de decidirse a tomar las riendas: el amplio listado de personal efectivo bajo el Anexo PyME del convenio colectivo y la discontinuidad de materia prima cuando se termine la temporada en la Bahía de Samborombón.
De esta forma se terminaría de caer la posibilidad de la autogestión, idea surgida el viernes pasado, tras una reunión que mantuvo un grupo de trabajadores con Ho, en un café cercano a su domicilio. En realidad los trabajadores esperaron a que el empresario saliera de su casa para interceptarlo y sentarlo a negociar una salida viable para todos.
Tras varias horas, Ho firmó un papel en el que cedía el usufructo del frigorífico por cuatro años en concepto de indemnización para todo el personal. Pero el lunes su asesor letrado, Álvarez Larrondo, aseguró que sin el aval del directorio el compromiso carecía de validez. Y ya saben que esa posibilidad se esfumó.
“Ni él sabe quiénes son sus socios”, dijo un filetero ayer, mientras controlaba que su hijo hiciera los deberes. “Dicen que está metida su mujer, pero vive en Estados Unidos; no sabemos nada”, contestó otro, sentado a su lado.
Por intermedio del SOIP los obreros vendieron otro contenedor con pescado congelado de la cámara y lograron reunir 230 mil pesos, de los cuales casi 170 mil sirvieron para saldar el resto de la deuda con EDEA, la empresa de electricidad. De lo que quedó, se repartieron 500 pesos cada uno.
“No está pagando más nada desde la última vez que vendió esos cuatro contenedores. Vamos vendiendo lo que queda, que no es mucho, pero se conserva en buen estado”, reportó Nélida, una envasadora que hace tres años se incorporó a la empresa. Hay merluza, corvina y pescadilla en filet con piel.
A su lado está Carmen, que tiene 42 y 18 años de antigüedad. Primero en la cooperativa Meropez, luego en la empresa Pespasa y en los últimos 8 años, registrada bajo convenio. La envasadora confiesa que acaba de perder un embarazo. Le brotan las lágrimas con la fuerza con que suelta su bronca contenida.
“Siento una impotencia que es difícil de explicar… Impotencia por la impunidad que tiene este hombre, que nos ignora, no le importa a nadie lo que nosotros estamos atravesando; el sacrificio que estamos haciendo para defender nuestro trabajo”, larga Carmen de un tirón.
El grupo que se ha reunido en torno a la mesa hace un respetuoso silencio. Ramírez le tiende la mano y sostiene la suya para animarla. “Todos tenemos entre 30 y 40 años, hay compañeras que tienen casi 50… dónde van a conseguir trabajo. Es lo único que sabemos hacer y lo único que queremos es trabajar”, completa.
Los obreros avisan que como Arhehpez el empresario ya no puede exportar más porque se le cayeron los permisos. Se los dijo Blanca Nieves Mercado, la jefa de Personal, con la que tienen trato de manera esporádica. Blanca Nieves, en un cuento de terror.
Cómo es posible que las autoridad del poder político permitan que Ho se siga manejando con la impunidad que ha exhibido en todo este tiempo. Ha dejado tirados a 118 trabajadores, cada uno dueño de una historia de angustia y necesidad singular y silenciosa, pero no por eso, merecida.
Mar del Plata es la capital nacional de la desocupación. Si no hay una intervención decidida del Estado más que para sostener, para reactivar el circuito productivo en Arhehpez, San Cayetano seguirá trabajando horas extra.
Revista Puerto
Roberto Garrone