El senador nacional por la provincia de Buenos Aires, Esteban Bullrich (Juntos), dio un emotivo discurso de despedida en el Senado apenas iniciada la sesión ordinaria.
Asistido por una computadora, a través de la tecnología pudo reproducir sus palabras, en las que reflexionó sobre las presuntas diferencias entre los partidos políticos, la grieta, el rol de los legisladores y su situación de salud, que le dificulta continuar en forma presencial en su banca. También abogó por el diálogo y el consenso para que la política encuentre soluciones a los problemas.
Cuando terminó el mensaje, el senador José Mayans (Frente de Todos) pidió considerar que Bullrich continúe en su rol de forma remota. No obstante, el propio Bullrich agradeció la opción y aclaró que la decisión de dimitir fue tomada junto a su familia y que la necesita “para ganarle a la enfermedad”, y concluyó: “No hay hombres imprescindibles, hay actitudes imprescindibles”.
Acompañado por su familia y profundamente emocionado, Bullrich expresó que renunciar “va en contra de cada fibra” de su cuerpo, y señaló: “La realidad me impone esta decisión y la ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica) me ha enseñado fundamentalmente a aceptar la realidad”.
“Con todo el dolor del mundo y la frustración de no tener alternativa quiero anunciar mi renuncia al cargo de senador por la provincia de Buenos Aires ser parte del Senado fue uno de los honores mas grandes de mi vida política y mi vida en general”, sostuvo.
“Renuncio a mi banca con mucha tristeza y mi última actividad en el Senado es un proyecto de ley de educación inclusiva por el que pido tratamiento sobre tablas, que busca igualar oportunidades y que como todo lo que he hecho hasta ahora en mi vida política intenta dejar de lado egoísmos y vanidades para buscar el consenso”, aseveró Bullrich.
El proyecto fue redactado partiendo de tres proyectos anteriores y con el apoyo de legisladores y legisladoras de todos los bloques. En esa línea, reflexionó: “Créanme que es mucho más lo que nos une que lo que nos divide, se requiere vencer prejuicios, hacer silencio y escuchar al otro”, subrayó, y añadió: “En política las buenas ideas no tienen dueños, tienen beneficiarios”.
Sobre la necesidad de consensos y diálogo, el exministro de Educación pidió que se recuerde su paso por el recinto como alguien que siempre buscó el diálogo, “el valor más importante y más escaso de la política argentina”.
Asimismo, expresó que “esa falta de diálogo trasciende estas paredes, vivimos en un país enfocado en la grieta, en el debate violento, la gente escapa de la política y la condena”.
Bullrich recordó a John Lennon y precisó que “estas palabras pueden parecer las de un soñador, lo soy, y sé también que no soy el único”. En ese sentido, les pidió a los senadores que “aprovechen que Dios les da la fuerza” y subrayó que “nuestro país clama por consensos, por los números de pobreza, la falta de desarrollo, catástrofe educativa, la postergación de nuestros sueños, producida por un estancamiento del que somos culpables los políticos”.
“Todos hemos sido culpables de gobernar con tapones en los oídos, no hay más tiempo para eso, para jugar a no ponernos de acuerdo”, sentenció.
Hacia el final, habló de la fundación que acaba de lanzar para buscar la cura de la ELA, enfermedad poco frecuente y poco estudiada.
Agradeció a su familia y a “la cruz” que le toca vivir, la enfermedad que le permitió recibir infinitas muestras de cariño y ver “el futuro como esperanza”.
Especialmente les agradeció a sus colegas Miguel Pichetto y Federico Pinedo, por ayudarlo en sus comienzos.
“Me voy honrado por el apoyo y la contención que me dieron todos estos meses, es muy importante saber que a pesar de las diferencias y las peleas vibra en cada uno de ustedes el deseo latente de hacer una Argentina próspera sostenible pujante e inclusiva”, concluyó.
Minutos después el cuerpo legislativo declaró de interés parlamentario el libro “Una nueva Buenos Aires para renovar el pacto de unión nacional”, del propio Bullrich, en coautoría con Enrique Morad y Jorge Colina. (DIB) ACR