El formato de los dos programas del sábado y domingo últimos, no dio para que la producción de los programas de Mirtha Legrand, contara entre sus “invitados” al intendente marplatense Carlos Fernando Arroyo, a pesar que desde esta ciudad se brinda el escenario perfecto para cotizar mejor el precio del cubierto, cuando Mar del Plata es la verdadera capital del verano. La oportunidad de celebrar los 145 años de su fundación no alcanzó.
Muchas veces la onerosa asistencia tiene sus bemoles, es una historia que tiene tanto años como su entrega televisiva, clásica de los programas argentinos, que claramente ha perdido terreno frente a segmentos más modernos, dinámicos y entretenidos, como Podemos Hablar que conduce con mucho profesionalismo Andy Kusnetzoff.
No se descarta que el ruido con la disputa que mantiene el intendente Arroyo, con la gobernadora María Eugenia Vidal, del que se ocupara extensamente el diario La Nación, haya tenido alguna recomendación para evitar que en ese espacio, pudiera haber brotado alguna definición que molestara a importantes sponsors a los que recurre Nacho Viale, el nieto de la señora Legrand, un habitual proveedor del Estado y organizador del Coloquio de IDEA.
En un año electoral no es conveniente perder apoyos que sostienen la mesa, de la cual surgen rimbombantes frases y definiciones como, “dar la vida para que no vuelva el kirchnerismo” una expresión de Mirtha que recorrió prácticamente todos los medios de difusión del país. Muy probablemente hay existido la sugerencia, de la cual luego no hay retorno.
Se aprende a curarse en salud, y no caer en riesgos que generen más problemas, luego del episodio de Natacha Jaitt, en un programa en el cual no quedó en claro, si Mirtha hizo todo lo posible para neutralizar a la invitada, quien sentada a su lado, protagonizó uno de los escándalos más sonados durante el 2018, en el cual involucró a medio país.
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Es verdad! nos olvidamos de la terrible denuncia de jaitt a Fantino, Pagni, Juan C Sanz (el que apareció en el video tomando merca y metiéndose un consolador por atrás) y otros animales del periodismo y la política vernácula. Lo más grave es que hablaba de abusos de menores y todo fue tapado…