Desde la Costanera se observaba el espumón de una ola que rompía entre las farolas de cada escollera, indicando que debajo había un banco de arena. Por allí, ingresan y egresan los buques al Puerto de Mar del Plata. Por falta de dragado, la circulación de embarcaciones era cada vez más riesgosa.
A partir de este problema, el ministro del Interior, Florencio Randazzo; el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, y el intendente de Mar del Plata, Gustavo Pulti, posaron para la foto con la draga china que se adjudicó la obra, trabajando a sus espaldas, luego de mucho tiempo de mirar para otro lado.
Pero este acto oficial fue solo una puesta en escena: el problema arrastra una larga data y se profundizó en los últimos 5 años; a partir de entonces, las inexactitudes de las autoridades preocuparon y confundieron al mundo náutico.
La unificación de criterios siempre estuvo ausente, hasta el mismo día del acto: Scioli aseguró que el dragado comenzaba ese día. Randazzo, que el puerto recuperaría operatividad en 90 días.
Actualmente, la draga Xin Hai Beng y las barcazas Hang Bo 2002 y 2003, trabajan para recuperar la profundidad y ancho de los dos canales de acceso al puerto.
“Necesitamos que esta vez los trabajos tengan resultados, porque otras veces quedaron en promesas o en arreglos con alambre”, reconoció el capitán de un barco pesquero marplatense, en diálogo con NOVA.
“¿Cómo va a ser para entrar un crucero de lujo a la Terminal que están haciendo, construida en la Escollera Norte y por la que se gastaron más de 30 millones de pesos?”, se preguntó un socio del Club Náutico.
Quienes están aún más preocupados son los encargados de los Prácticos del puerto, cuya labor consiste en pilotear buques de gran porte durante su ingreso y egreso de la estación marítima.
Los interrogantes del trabajo
¿El trabajo va a ser efectivo u otro arreglo con alambres? Los especialistas aseguraron que la draga no es de corte como se necesitaría para limar el compacto banco de arena que ha hecho del canal principal un recuerdo lejano y a los buques portacontenedores, una figurita difícil. La embarcación llegada a Mar del Plata es engrampadora, con antecedentes en aguas más amigables que la boca del puerto local.
La UTE adjudicada de la obra (Servimagnus S.A., SCD Do Brasil Servicios Marítimos Ltda, Rowing S.A. y Servidraga S.A) tiene otra en las gateras: es de succión por arrastre y mide 103 metros de eslora. Todavía no puede entrar al puerto por las estrechas dimensiones del canal secundario.
En Mar del Plata hay una draga desde hace 58 meses, pero recordarlo es exponer un fracaso. Se trata de la estatal 259 C Mendoza. La recibieron con los mismos honores que a esta draga china. Todos dijeron que con ella se terminaban los problemas.
El acceso al puerto está peor que cuando la Mendoza llegó: por aquellos días todavía entraban buques portacontenedores dos veces por semana. Ahora no entran desde hace 20 meses. El día que comience a trabajar la recién llegada, los interrogantes no desaparecerán.
La UTE no piensa extraer más de un millón de metros cúbicos de sedimentos. Ya pensaban eso cuando firmaron el contrato, en septiembre pasado.
Con la devaluación, ¿alcanzarán los fondos de la empresa para realizar la obra?
Previa devaluación, los 108 millones del presupuesto oficial podían cambiarse por casi 19 millones de dólares. Ahora, sólo por 13,3 millones. Por ahora nadie se anima a hablar de ampliación de presupuesto.
Los especialistas creen que en toda el área de la boca del puerto, hay más de 3,5 millones de m3 de arena para remover.
Aún cumpliendo al pie de la letra los plazos del pliego, muchos creen que la obra no será más que otro parche para seguir en emergencia, para seguir tapados de arena.
Nova
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