“Cambiemos se quedó sin los principales impulsores de acuerdos entre las bancadas; ante la debilidad oficialista, el kirchnerismo y sectores del peronismo buscan imponer su propia agenda” el párrafo corresponde al diario La Nación en su edición de hoy y merece ser contemplado en términos y en el debido contexto político.
Muy bien puede aplicarse a la dislocada relación entre el Departamento Ejecutivo y el Honorable Concejo Deliberante de General Pueyrredon, cuyo intendente Carlos Fernando Arroyo ha sobrellevado más de tres años en esta situación, tratando de asegurar la gobernabilidad.
Los periodistas Laura Serra y Gustavo Ibarra, con el título “La oposición frena los proyectos del Gobierno y se tensa la relación en el Congreso”, describen la situación: “En minoría, el oficialismo advierte que le será muy difícil impulsar su agenda legislativa y teme que, por el contrario, los opositores le impongan la suya”, refiriéndose a la Coalición Cambiemos.
Y agregan: “Para muestra bastan dos botones. En la Cámara de Diputados fracasó esta semana el tratamiento de la ley que penaliza a los barrabravas, iniciativa que presentó al Congreso la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich , en noviembre pasado como respuesta política a los desmanes ocurridos en las vísperas del clásico entre Boca y River. Una ley que el propio presidente reclamó para su debate en las sesiones extraordinarias de diciembre pasado, sin éxito. En el Senado, en tanto, se postergó por enésima vez la discusión sobre una nueva ley de financiamiento de las campañas electorales; una iniciativa del Gobierno que debería sancionarse en tiempo récord si se pretende llegar a tiempo para ser aplicada en las próximas elecciones presidenciales”.
La gestión de Arroyo ha sufrido en los últimos días escollos similares que no ha podido revertir, debiendo apelar a decretos, vetos, apelaciones y elevaciones a la justicia, con la clara disposición de asumir sus obligaciones como intendente, no sólo claramente obstaculizado por la oposición en pleno sino por los propios integrantes de la coalición ya sea elegida en 2015 y prácticamente ratificada en 2017, hace pocos más de un año.
En el caso del aumento del boleto (actualización + quita de subsidios) el Concejo Deliberante le cedió las facultades con el obvio propósito de cargarle la responsabilidad absoluta del costo político. Rechazó la propuesta elevada para que Emiliano Giri asuma como titular de OSSE y finalmente todavía está en danza la aprobación del presupuesto 2019 como la ordenanza fiscal impositiva. Aún debería tenerse en cuenta que Guillermo Arroyo, Loria y Serventich, son meros espectadores de una situación que los desborda por completo.
Siguen Serra e Ibarra “La oposición está en campaña y nos corre el arco constantemente con excusas. No le quiere aprobar ninguna ley al Gobierno”, admitió una encumbrada fuente del espacio oficialista”, una descripción que se puede aplicar exactamente a los que ocurre entre el Departamento Ejecutivo y el Honorable Concejo Deliberante de General Pueyrredon.
Del total del contenido que publica La Nación, pueden extraerse las siguientes citas que seguramente habrán de actuar a modo espejo, aunque resulta apropiado tener en consideración, que las diferencias políticas deben aplicarse a sus ámbitos respectivos, para entender el paralelo:
“La discusión del proyecto contra los barrabravas ilustra, como pocas, la escasa voluntad que muestra la oposición para ofrendarle leyes al Gobierno”
“Con el inicio de las sesiones ordinarias, el 1° de marzo pasado, el oficialismo buscó retomar la discusión; fue inútil: entre insultos y chicanas cruzadas entre oficialistas y opositores, la sanción se postergó sin fecha”
“La oposición toma nota y prepara su ofensiva. El PJ no kirchnerista presentó, en la figura de Pablo Kosiner, un proyecto de ley para atemperar la suba de las tarifas de los servicios públicos: propone que el aumento de las tarifas correspondiente a los usuarios y consumidores residenciales no exceda el coeficiente de variación salarial (CVS). Más duro, el kirchnerismo pretende que las alícuotas se congelen a los precios del año pasado, pero estaría dispuesto a acompañar la iniciativa de sus colegas peronistas si con ello le propinan un golpe al Gobierno”
“El clima electoral también se hace notar en el Senado , donde cada vez son más las voces del Bloque Justicialista, que preside Miguel Pichetto , que no quieren saber nada con garantizarle gobernabilidad a Mauricio Macri aprobándole leyes en un año electoral”.
“Son varios los senadores peronistas que reconocen que, detrás de las idas y venidas de algunos proyectos, se esconde la intención de no darle al Gobierno logros que podrían usarse como ejes de su discurso de campaña”
“No es el único ejemplo. Desde mediados del año pasado duerme en la Comisión de Acuerdos el pliego de Inés Weimberg de Roca como procuradora general de la Nación. La causa: la reticencia de los miembros peronistas a poner su firma en el dictamen y habilitar así su tratamiento en el recinto”
“El kirchnerismo mira con deleite cómo la “gobernabilidad” que imperó en el Senado durante los últimos tres años se desvanece a medida que avanza el año y se acerca el lanzamiento formal de la campaña electoral”
“Por lo pronto, el bloque que conduce el neuquino Marcelo Fuentes, y que integra Cristina Kirchner, adoptó la misma mecánica de entorpecer el inicio de las sesiones con cuestiones de privilegio que, en muchos casos, nada tienen que ver con la actividad legislativa y que no hacen otra cosa que prolongar las reuniones y enrarecer el clima político de la Cámara alta”
Dos inútiles