Esta era la postal, de lo que se convertirá sin dudas en el acontecimiento de la temporada, cuando todo esté en condiciones. Mucho público en un café del interior del edificio, gente trabajando, la calle Misiones cortada para proceder a su cambio mano, un operario con un tubo flourescente en la mano, caminaba sin apuro para terminar de armar un quiosco.
Las boleterías ponían a punto su insuficiente sistema informático, mientras terminaban de acomodar los cables no debidamente canalizados. Pasajeros seguían llegando con valijas, mientras que otras personas iban a esperar a los que llegaban, enterándose que todavía la terminal habilitada está en Las Heras y Alberti.
Por el sistema de audio cada tres minutos un mensaje grabado decía que se hallaba habilitado el café y el depósito de encomiendas, lugares en los cuales se podía prestar atención.
Mientras tanto, se improvisa una rotonda de granza, para que puedan girar los taxis en su trayecto de egreso e ingreso transportando pasajeros. Todo en medio de un desconcierto generalizado.
El cronograma de obras tiene un plazo de construcción que finaliza en octubre de 2010, un año antes y sugestivamente se pone en funcionamiento con un evidente afán recaudatorio y finalidad política. Además para liberar cuanto antes el predio de Las Heras y Alberti, para tomar posesión del mismo y cerrar este negociado,.
Asimismo se conoció un duro comunicado de prensa, de vecinos autoconvocados en el cual hablan de ánimos crispados y un objetivo decidido de no permitir el funcionamiento de la nueva estación, en las condiciones descriptas en las informaciones oficiales, dado que altera las condiciones históricas de vida de un barrio que afecta a quince manzanas, y en el cual viven aproximadamente l.000 personas.
