Mientras el turismo a nivel nacional creció 43%, el impacto es considerado negativo por el comercio y la industria local
La expectativa y el optimismo que provoca en los empresarios de la Costa un nuevo fin de semana largo tiene su contracara en el gesto de desazón con el que Gladys Fernández, al frente de una zapatería platease, espera cada uno de esos recesos: “nos afectan muchísimo, no sólo porque mucha gente se va de la ciudad y cae la facturación, sino porque cuando vuelven ya no les queda nada que gastar. La consecuencia es que al siguiente fin de semana tampoco se vende nada ”, dice.
Ese contraste entre los que ganan y los que pierden en los fines de semana largos se pone especialmente de manifiesto en este 2012 en que ya hubo 11 recesos de este tipo en un año con 19 feriados -contra los 11 que hubo en 2007- que pusieron a la Argentina al tope de la lista de países con más dias no laborables en el mundo.
Si bien no está suficientemente estudiado el impacto que el aumento del número de días feriados tiene sobre la economía, el récord de días no laborales de este año dibuja un paisaje en el que se distinguen claramente ganadores y perdedores: mientras, según los datos del Ministerio de Turismo la actividad en ese sector creció un 43% en los fines de semana largos si se la compara con la del año anterior -favoreciendo principalmente a ciudades de la Costa y el interior bonaerense, de Córdoba, del Noroeste de Cuyo y de la Patagonia- tanto los industriales como los comerciantes de ciudades no turísticas manifestaron su preocupación por el aumento de este tipo de recesos que, dicen, les provocan tanto una caída de la facturación como un aumento de los costos (según un estudio privado, la economía del país pierde 450 millones de dólares por cada día no trabajado).
Francisco Gliemmo, titular de la Unión Industrial del Gran La Plata dice que lo ideal sería encontrar un equilibrio: “creo que el turismo es importante, pero sin afectar a sectores productivos como la industria, que es el que genera trabajo estable. La Argentina no puede darse el lujo hoy de tener tantos feriados, porque eso repercute sobre los costos industriales y nos quita competitividad en un punto en que tenemos que decidir si seguimos creciendo o nos estancamos”.
Gliemmo dice que en La Plata las empresas más afectadas son las pequeñas y sobre todo aquellas cuya estructura de costos se caracteriza por una mayor incidencia de la mano de obra.
“Tener la fábrica abierta un día de un feriado largo implica un costo triple, porque hay que pagarle el doble a los operarios y darles un día compensatorio. Y ese incremento del costo no se puede trasladar a los precios porque el mercado no lo permite. Entonces, un fin de semana largo puede representar para un industrial pequeño, que es el típico de La Plata, una pérdida del 5% de la utilidad mensual. Si es exportador, como es nuestro caso, también se pierde competitividad internacional”, dice Hugo Timossi, industrial platense del rubro criogénico.
Desde la Cámara de Comercio e Industria de La Plata, su titular, Juan Carlos Piancazzo dice que, “a nivel local, con los fines de semana largo todos pierden, fundamentalmente los rubros de indumentaria y gastronómicos. Ganan en la Costa y en un puñado de municipios turísticos del interior, pero el comercio platense sufre la caída de las ventas porque el cliente se va a gastar en otro lado. Y a eso hay que sumarle los sobrecostos que implica mantener un negocio abierto un feriado”.
Para los comerciantes platenses el impacto dista de limitarse al propio fin de semana largo, sino que se extiende a la semana posterior: “la gente se va en el fin de semana largo y gasta fuera de la ciudad. Cuando vuelve ya no le queda mucho para gastar y el efecto del receso largo se nota por lo menos una semana más”, dice Gladys Fernández desde una zapatería del centro.
Si en el rubro indumentaria las cosas son así de claras, los comercios relacionados al entretenimiento muestran una realidad dispar: mientras desde la Asociación Hotelera y Gastronómica de La Plata se indica que el grueso de los gastronómicos pierden, salvo algunos comercios tradicionales del centro, tanto en algunos bares y restaurantes céntricos como en los cines se habla de un aumento de la facturación durante los fines de semana largos
“Un lunes de feriado largo acá se trabaja muchísimo más que uno común”, dice Fernando Miguel desde un restaurante del centro.
Mientras el debate sigue, los economistas destacan que el impacto de los feriados no sólo está poco estudiado, sino que divide opiniones: hay quienes sostienen que no tienen un efecto negativo en la productividad y que su efecto es positivo al mejorar los niveles de felicidad de las poblaciones.