Según un informe de la dirección provincial de Registro y Control de la Comercialización de Bebidas Alcohólicas (Reba) -que depende del Ministerio de Salud-, en enero la Provincia realizó más de 1.900 inspecciones, clausuró 401 comercios y secuestró 17.213 botellas de bebidas alcohólicas en operativos de control realizados en distritos de la costa atlántica y el conurbano bonaerense.
Del total de comercios cerrados, el 54 por ciento fueron almacenes y autoservicios y cerca del 20 por ciento, bares y boliches bailables. El resto de las clausuras se produjo en supermercados, restaurantes, balnearios y chiringos, hoteles, kioscos y distribuidoras.
Las principales infracciones fueron la venta de alcohol fuera del horario permitido -lo que incluyó la comercialización a menores de edad- y la falta de la licencia habilitante para la venta de alcohol en territorio provincial.
Los inspectores encontraron además otras irregularidades, como permiso de ingreso a boliches después a las 2 de la mañana y consumo en vasos de dimensiones mayores a la permitida (350 milímetros de capacidad).
El Reba realizó también más de 13.800 controles de alcoholemia, de los cuales sólo el 1,5 por ciento (208 test) resultaron punitivos, es decir que presentaban una cantidad de alcohol en sangre mayor a la permitida.
Otros 345 resultaron positivos no punitivos (con un nivel de alcohol en sangre tolerable) y 13.285 fueron negativos.
En este marco, el ministro de Salud bonaerense, Alejandro Collia, aseveró al respecto que “con mayor cantidad de inspectores y controles, este verano la Provincia buscó profundizar los resultados que se vienen obteniendo en los últimos años y reducir las consecuencias del consumo abusivo como siniestros viales, intoxicaciones con pérdida de conciencia y hechos de violencia”.