El último 12 de marzo a unas 400 millas náuticas al este de Puerto Madryn, entre otras, la rotura de uno de sus palos durante una fuerte tormenta cuando participaba de la prestigiosa regata internacional “Barcelona World Race”.
A bordo llegó también un equipo de prensa de la televisión suiza e integrantes del grupo “Mirabaud Nautic Team” que seguían el itinerario del barco en esa importante competencia.
Para poder regresar a su país de origen, la tripulación del velero contrató un buque mercante y a la vez, a un astillero local, le encargó la construcción de una “cuna” para poderlo transportar en dicho mercante.
Este barco, por distintos motivos operativos, retrasó casi quince días su llegada a Mar del Plata, haciéndolo recién con las últimas luces del pasado lunes.
Por la mañana del martes, a primera hora, el astillero contratado para armar la base que trasladará al velero, cargó los pertrechos en un camión e intentó llegar al mercante. Solo hizo unos pocos metros y se encontró con el cierre del acceso de la avenida del puerto por un reclamo salarial de un sector sindical, con efectivos de la Prefectura local que parecían estar cuidando a los piqueteros en lugar de ordenar el tránsito en el lugar.
Los tripulantes del velero, se desesperaron por cuanto cada día que pasa, le cuesta miles de euros en concepto de amarra.
Ante esto, los responsables del astillero optaron por hacer volver el camión a su base, cargaron los pertrechos en un gomón semi rígido y se trasladaron, por agua, hasta el lugar donde se encuentran el velero y el barco mercante.
Ante esta actitud, siendo que el astillero se encuentra dentro del espejo de agua del puerto, lo mismo que el lugar donde está amarrados los dos barcos, fueron abordados por efectivos de la Prefectura local por llegar al lugar DESDE EL AGUA “evadiendo todo tipo de controles”.
Resultado: los obreros del astillero que tripulaban el semi rígido, estuvieron demorados por varias horas haciendo trámites en la Aduana, pero los manifestantes siguieron con sus reclamos, impidiendo todo ingreso al puerto local, y “protegidos” por la Prefectura, no sea cosa que a algún trasnochado se le ocurra querer entrar a esa zona y pueda generarles un conflicto.
Los suizos, bien, gracias. Siguen pagando muchos euros por estar estacionados allí junto al buque mercante, perdiendo además, días de viaje.
Finalmente, en algún momento podrán partir y llevarán este relato a su ordenado país, donde seguramente nadie dará crédito a sus palabras por lo descabellado del asunto.
Para los argentinos, es una anécdota más, dentro del fixture diario de corte de calles, de rutas, de accesos a plantas fabriles y otros, sin que ningún fiscal o autoridad competente tome cartas en el asunto y obligue a cumplir lo prescripto en el Art. 14 de nuestra Constitución Nacional, para que quienes no son parte del conflicto, no deban pagar las consecuencias.
JOSÉ ALEJANDRO ACAMPORA – D.N.I. 10.591.987