El paraíso mecánico de Robot y el reino del Anticristo
Robot es un ser casi al borde de la nada, un aspecto del Anticristo, se declara reveladoramente
en “El banquete de Severo Arcángelo” (pág.248 de la octava edición). En la estrofa 17 del poema
el autor define a Robot en los siguientes términos:
“Era el no ser disimulado
con mil astucias de ingeniero” .
Robot es un simulacro de la cultura humana.
La ética del hombre-robot consiste en funcionar bien, como una máquina (“El banquete…,p.254)
Después de arrojar de la escena histórica al capitalismo y al comunismo (“a Creso y a Marx”, dice en “El banquete…, p.252), el Gran Mono (así denomina Marechal al Anticristo) construirá el paraíso mecánico de Robot, vaticinó Marechal :
“No habrá Colofón que no tenga su departamento de lujo, su automóvil, su refrigeradora eléctrica
y su televisor” (en : “El banquete…p.252)
El hombre de la era informática en Europa y en EEUU ya vive instalado en el paraíso mecánico de Robot. También las masas latinoamericanas, sugestionadas por la propaganda de los medios masivos de comunicación, aspiran a obtener la fácil e ilusoria felicidad que promete Robot.
“El Poema de Robot” no sólo plantea un conjunto de problemas, sino que suministra los elementos para superar la crisis de la era tecnológica. La enseñanza fundamental que contiene
“El Poema de Robot” es que para vencer a Robot debemos primero restaurar nuestra dimensión espiritual.
Un demonio, Robot, preside la educación del hombre moderno
En la estrofa 19 del “Poema de Robot” dice el aeda:
“A Robot entregaron mi puericia,
y en esa hora sollozó un arcángel
y se rió un demonio”.
Para librarse de la dictadura de Robot el poeta restaura su dimensión espiritual. Se retira cuarenta días al desierto y recupera el estado edénico mediante el proceso iniciático. Con la arena del desierto, es decir con la ascesis que realiza en el desierto, logra vencer a Robot:
“Digo que al enfrentarme con Robot
yo había calculado los dos riesgos que siguen :
uno, el de las preguntas contenciosas
que irían al fichero de su caja interior
y otro el de su dialéctica infernal ,
tendiente a promover y medir el vacío.
Por lo cual en presencia de Robot,
y cuando el pedagogo ya iniciaba el discurso,
yo le arrojé a la boca
mi puñado de arena.
Se oyó en los mecanismos internos de Robot
un estallar de alambre y válvulas heridas:
trastabilló un instante sobre sus pies tozudos
y al fin se desplomó con fragores de lata”.
La destrucción de Robot es un acto ritual (estrofa 26) mediante el cual el aeda transmuta
sus metales anímicos y alcanza la elevación espiritual.
Destaco por último que Marechal no escribió este poema para alcanzar la gloria e ingresar a la Historia de la Literatura. Su intención era otra: Marechal quería liberar al hombre moderno que vive encadenado en el infierno de Robot.
Licenciado Julio César Forcat jcforcat@gmail.com