La segunda edición de los Martín Fierro Latino, realizada el viernes por la noche en el JW Marriott de Brickell, Miami, dejó como protagonista a Jonatan Viale, quien recibió el Martín Fierro de Oro Latino.
Esta decisión, ampliamente criticada, destapó un entramado de favoritismos y vínculos políticos que convirtió al evento en un verdadero bochorno.
La ceremonia, organizada por APTRA bajo la conducción del periodista argentino radicado en EEUU, Ronen Suarc, tuvo como principal auspiciante al Ministerio de Relaciones Exteriores.
Este apoyo estatal, bastante escondido por cierto, generó indignación no solo por el gasto de dinero público en un evento realizado en el exterior, sino también por el evidente sesgo político detrás de la premiación.
Para encontrar la información basta con ingresar a la página oficial del evento en donde entre otros auspiciantes se revela el organismo estatal detrás de esta farsa de premiacion “internacional”. Pero no es algo que la organización busque que se sepa, más bien queda al margen de la información pública y debe ser obtenida “con lupa”.
Viale, junto con otros comunicadores como Esteban Trebuc y Luis Majul, es una de las figuras mediáticas más cercanas al oficialismo, constantemente utilizado para entrevistas cómodas al presidente Javier Milei y como defensor de sus políticas en los principales medios de comunicación.
El contraste no puede ser más evidente. Mientras el gobierno recorta presupuestos culturales y acusa de “despilfarro” a cualquier gasto en actividades artísticas dentro del país, no escatimó recursos para auspiciar este evento en Miami, cuyo principal logro parece haber sido intentar instalar a Viale como un supuesto modelo a seguir del periodismo actual.
Este premio, que debería representar un reconocimiento genuino, se transforma así en un símbolo de propaganda política, dejando de lado cualquier criterio objetivo.
La indignación crece al observar cómo el Martín Fierro Latino parece diseñado para favorecer a figuras alineadas con los intereses del evento y de quienes lo patrocinan.
INVEROSÍMILES TERNAS DE ESTOS MARTÍN FIERRO
A lo largo de la noche, las ternas mostraron un nivel de arbitrariedad difícil de justificar, con categorías forzadas y premiaciones cuestionables.
Entre las más insólitas, se destacó “Periodismo Contestatario”, ganada por Santiago Cúneo, colega de Luis Ventura en el mismo canal.
Este tipo de detalles, lejos de agregar prestigio al evento, lo hunden aún más en el descrédito, porque fue evidente la intención de compensar el apoyo oficialista premiando a un opositor, solo por el “qué dirán”.
El desenlace de de esta ceremonia no hace más que reforzar la percepción de que los Martín Fierro Latinos son un espectáculo vacío de legitimidad.
Lo que podría haber sido una plataforma para mostrar lo mejor del entretenimiento y la comunicación en la región se convirtió en una escena de favoritismos y operaciones políticas.
Premiar a Jonatan Viale como el máximo exponente del periodismo latinoamericano no solo insulta a quienes verdaderamente ejercen la profesión con rigor y ética, sino que también evidencia un uso descarado de los recursos públicos para fines partidarios.
GASTO ESTATAL EN ESTADOS UNIDOS
Mientras el titular “Jonatan Viale gana el Martín Fierro de Oro Latino” circula por los medios, la realidad detrás del premio deja traslucir un esquema de manipulación que en nada contribuye al periodismo ni a la cultura.
Lejos de ser una noche de celebración, este evento quedará marcado como un ejemplo de cómo la política y el espectáculo pueden combinarse para engañar y defraudar al público, además de dilapidar recursos públicos en propaganda de sus operadores a sueldo.
Adrián Belinche